Análisis de Sentimiento Social: el ‘ Cerebro ’ del siglo 21

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Por Salvador Martínez Vidal*

El personaje de Charles Xavier, el “Profesor X” en la popular película X-Men, tenía el mayor poder de todos: era telépata, lo cual le permitía leer, influir y hasta controlar la mente de otros, todo con el propósito de tomar sabias decisiones. Su gran aliado era “Cerebro”, una computadora a la que se conectaba a través de un casco, con la cual podía encontrar a otros mutantes en cualquier lugar del mundo al escuchar sus voces por medio de una complicada red.

El poder sobrehumano con el que se creó este personaje en la historieta original de 1963 ya dejó de ser ciencia ficción. Con la ya conocida importancia del Big Data se han creado soluciones tecnológicas que equivalen al súper poder de nuestro gran héroe: la posibilidad de leer millones de datos y además analizarlos y establecer patrones valiosos de esa información.

Ahora bien, una cosa son sus capacidades y otra su uso, que es donde realmente reside la importancia de esta nueva tendencia a la que llamamos Análisis de Sentimiento Social. Nuestro “Cerebro” del siglo 21 es factible gracias a la computación en Nube; se alimenta de datos no estructurados -como posts en Twitter– que se generan cada vez más desde los dispositivos móviles, como una tendencia potencializada por lo social y que son analizados en tiempo real. Un sistema alimentado por las cuatro mega-tendencias actuales de mercado: Nube, Analítica, Movilidad y Social.

Sólo para darnos una idea de la penetración e impacto que estas mega-tendencias tienen en nuestras vidas y los negocios, considere lo siguiente: actualmente, 60 por ciento de las personas utilizan un celular al menos una vez al día, mientras que sólo el 64 por ciento tiene acceso a agua potable. Para 2015, la mitad de la fuerza laboral corresponderá a la generación X, la cual comprende a individuos para quienes un dispositivo móvil es como una extensión de su cuerpo y usan de manera activa las redes sociales prácticamente para todo: desde la consulta de opiniones antes de la realización de una compra, la selección de restaurantes o la sugerencia de un vino; hasta la expresión de opiniones acerca de un servicio, una tienda, la creación del equipo de futbol ideal y protestar o impulsar abiertamente políticas que convienen a su país.

Las voces están ahí, vivas en datos desestructurados que ahora tenemos el poder de analizar. Y sobresalen las de Latinoamérica, pues de acuerdo con ComScore esta región es la que más tiempo consume en redes sociales y la de mayor crecimiento en el último año con un 12 por ciento, alcanzando 147 millones de usuarios conectados por más de 10 horas al mes en promedio.

Este alto nivel de involucramiento con las redes en Latinoamérica no es más que un muy bien allanado terreno para nuevas oportunidades, nuevas maneras de entender y relacionarse con los consumidores, e incluso la capacidad de prever tendencias o sentimiento social con respecto a temas políticos, sociales y económicos. Ya no se necesita ser telépatas para escuchar las voces y tomar decisiones mejor informadas.

Imagine este escenario: un debate presidencial –crucial para el futuro de un país y una campaña política– en donde en cualquier momento que desee, el candidato pudiera conocer cómo los oyentes están percibiendo sus respuestas, si están de acuerdo o no con ellas, o si su posición frente a un tema impacta positiva o negativamente en su propuesta política.

Y es que ahora usted tiene el poder de cambiar el juego, ya sea opinando o escuchando. Sin ir muy lejos, para la Copa Confederaciones de Brasil en 2013, IBM creó una aplicación para que el técnico de la selección brasileña conociera en tiempo real lo que los fanáticos del futbol opinaban durante cada partido sobre los jugadores, o sugerencias de cambios y tácticas. Además de gritar apasionadamente frente al televisor, como fanático usted también podía postear su opinión en Twitter con la certeza de que sería “escuchado”.

En este contexto, es difícil imaginar qué industria, mercado o sector no será, de alguna u otra forma, afectado positivamente por estas tendencias y movimientos sociales en un mercado como el nuestro.

Las aplicaciones pueden ser tantas como sean necesarias. Las empresas o entidades que aún no se deciden sobre su estrategia social de negocios están desaprovechando la oportunidad de habilitar un canal ágil, espontáneo y lleno de recursos para entender a sus consumidores como nunca antes había sido posible. El 79 por ciento de las 500 empresas de la revista Fortune ya lo hacen y logran no sólo detectar necesidades de usuarios que pueden ser oportunidades económicas, sino que mejoran sus servicios o productos y toman decisiones en el momento en que aún tiene sentido hacerlo.

Sin duda, estas mega-tendencias nos deparan nuevas oportunidades como ciudadanos, fanáticos, consumidores o innovadores. Esperemos entonces que aparezcan muchos Profesores X que comprendan el potencial del nuevo “Cerebro” de nuestra época.

*Salvador Martínez Vidal es Presidente y Gerente General de IBM México

 

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