Este viernes 20 de mayo se celebrará el ‘Road to Corona Hell and Heaven Culiacán’, un evento en el que bandas del estado competirán para ser seleccionadas en el festival ‘ Corona Hell and Heaven’, a celebrarse más tarde este año. La logística es la siguiente: el 70% de la calificación depende de un jurado asistente en base al desempeño en el escenario, la composición, el performance y la interacción con el público. El otro 30% depende de la cantidad de personas que vaya a apoyar a la banda; la mecánica para la votación aún no es se sabe bien. Las dos bandas que ganen irán a otro concurso a nivel noroeste; la cual es la semifinal regional, donde competirán contra las bandas de Ensenada, Chihuahua y Tijuana. Y de ahí será otra eliminación en el D.F., a nivel nacional.
En una ciudad como la nuestra donde abunda la música que habla sobre balaceras o asesinatos, el metal y sus variantes no tienen mucha popularidad. Al menos ésta es una de las cosas que nos aseguran los miembros de la banda local Enterrador, de death metal, que el próximo viernes 20 de mayo participará en las eliminatorias regionales del festival Hell and Heaven realizadas en nuestra ciudad capital.
Cada uno por su parte ya asistió al festival, al que consideran de primer mundo, comparable a los realizados en Alemania. Un festival de todo un día, con una muy buena organización en el que se puede ver pasar a la gente que tocó en el evento.
La banda está integrada por Gerardo “Tlaloc” Gómez (guitarrista), René “el Ranas” Meza (guitarra), Cristóbal “Cristo” Hernández (batería), Yojan Douriet (vocalista) y Alejandro “Dracko” Monroy (bajista). Iniciaron a finales de 2008, con la integración de tres personas que provenían de otras bandas de black metal, y decidieron mejor darle un giro de death metal, que a los integrantes en ese momento les interesaba más. Durante 2009 empezaron las primeras composiciones, buscaron pulir su estilo, y a finales de ese año se presentaron en eventos en vivo. Para 2010, ya estaban viajando fuera, en especial a Los Mochis o Mazatlán. En ese periodo la alineación de la banda cambió varias veces. Incluso se tomaron un descanso. Pero en 2012 regresaron a ensayar y grabaron un sencillo de cinco canciones que fue un material muy básico, sin distribución, sino para presentar a la banda a sus personas cercanas.
Los miembros de Enterrador comentaron que su nombre surge de la idea de brindar un panorama sobre las personas que cometen alguna atrocidad y que quieren ocultar lo que hicieron. La lírica de la banda gira en torno a ello: en sus canciones es común hablar de muertes o de matanzas, de problemas sociales generados en base a personas que de alguna forma han destruido a la sociedad, pero en el ángulo político o social, no les interesa tanto la cuestión espiritual ya que es un tema más controvertido.
“La temática de las letras son cosas que han sucedido, realizadas por personajes reales, y la historia es verificada. Por ejemplo los movimientos del Nacional Socialismo, Elizabeth Bathory (una canción que se llama Virgen muerta trata sobre ella) o Falaris, que fue un personaje que hizo un toro en el que se cocinaba a la gente criminal de su ciudad”, explicaron.
Aparte, como algunos de los integrantes de la banda tienen buen rato en la escena musical de la ciudad, hablaron de la situación del el metal en la ciudad que ellos ven con poca fraternidad: “cada quién tiene su movimiento por cada lado, no hay una escena que se vea para mí”, argumenta uno de los integrantes. Aclarando que la opinión es personal y no habla por la banda, otro explaya que: “la escena del metal en la ciudad está muy disuelta, muy desvinculada: hay bandas que se apoyan entre sí, y otras que están por su cuenta y no buscan relacionarse mucho con organizadores para evitar malos entendidos o alguna bronca. Hya grandes músicos y grandes bandas pero esta distancia impide que haya una unión que permita fortalecernos y generar una subcultura urbana que nos permita alcanzar más metas, despuntar como ciudad o estado como sede para el rock en general”.
Por otro lado, al preguntarles sus opiniones sobre qué consideran de la violencia en el arte, los miembros de Enterrador iniciaron un dialogo entre ellos que, a pesar de las diferencias, mostró lo unidos que están. Hay que aclarar que desde hace tiempo existe un debate que no concluye y que en los últimos meses, con la controversia suscitada por el video del cantante grupero Gerardo Ortiz, ha vuelto a cobrar importancia: cuál es el papel que juega la violencia en la creación artística. Hubo comentarios en los que se decía que se estaba creando una controversía innecesaria, así como los que hablaban sobre cómo debían censurarse esa expresión del lado oscuro del hombre. Esta vieja discusión, hija de las buenas costumbres, también se ha tenido con la aparición de ciertas películas de Quentin Tarantino y que Estados Unidos llegó a su máxima expresión cuando se reveló que los jóvenes que realizaron la masacre de Columbine dijeron que eran fans de Marilyn Manson, y el cantante fue llamado a declarar en la corte.
Uno de los miembros de Enterrador dijo que, en su experiencia personal, el arte y la violencia siempre van de la mano: desde las pinturas de Francisco de Goya, en especial en Pinturas negras, en las que podemos ver a Cronos devorando a uno de sus hijos, la violencia está ahí y no impide que sean grandes obras.
“En el arte medieval, cuando se hacían las alabanzas a Dios, había cantos muy bonitos pero si nos ponemos a analizar hay uno, cuyo autor no recuerdo, de un hombre que corre a un pueblo de su tierra. Y de manera violenta. En esa pieza relatan todo lo que ocurre durante el acoso”, nos relata.
Para ellos, un poco siguiendo su propuesta estética, todos tenemos mucha violencia en nuestra psique: desde nuestro nacimiento el niño es violento: si le acercas a un primito de su edad lo primero que hará es quitarle el juguete y pegarle. También ocurre mucho en las primarias que los niños se golpean entre ellos, y al rato ya andan jugando. Al contrario, argumentan, los asesinos seriales eran personas muy tranquilas y un día de pronto empiezan a matar personas: “entonces el arte pudiera ser una válvula de escape para metaforizar ese deseo hacia la violencia, en lugar de realizarlo”.
Para finalizar, nos aclaran que ellos creen que los músicos de banda o corridos no reflexionan sobre la violencia y sus consecuencias sino que simplemente agarran las temáticas que les rodean, en las que se habla de delincuencia y crímenes, porque es lo que la gente siempre va a escuchar: “el problema no es tanto el narcocorrido en sí, sino que la gente lo toma como ley. Tienen un niño y le dan una navajita para que ande en la fiesta de su primo. Y si es año nuevo, hay que disparar al aire. Normalmente en el metal, las historias que se cuentan son fantasiosas o alusiones; nos damos cuenta que se dicen cosas que no existieron y, por eso, en nuestras canciones damos información de cosas que realmente sí sucedieron. Hay mucha diferencia entre mostrar una historia de este tipo con morbo o en hacerlo sólo dando ciertos detalles: incluso en las letras más violentas nuestra idea no es rendir culto a esta violencia sino mostrar que está ahí, y que seguirá ahí estés despierto o no”.
