El Arte Pop surgió a finales de la década de 1950 en Inglaterra y Estados Unidos. Empleaba imágenes y temas tomados de la sociedad de consumo y de la comunicación de masas, elevando objetos de la vida diaria moderna a obras de arte, además de oponerse a la elitista cultura existente en las bellas artes y resaltar el aspecto banal de algún elemento cultural, a menudo a través del uso de la ironía.
Los artistas utilizaban imágenes conocidas con un sentido diferente para lograr una postura estética o alcanzar una postura crítica de la sociedad de consumo. Se servían de los objetos industriales, carteles, y artículos de consumo comercial. Describían lo que hasta entonces había sido considerado indigno para el arte: la publicidad, las ilustraciones de revistas, los muebles de serie, los vestidos, las latas de conservas, los “hot-dogs”, botellas de Coca-Cola, etc.
Este movimiento era el resultado de un estilo de vida, la manifestación plástica de una cultura caracterizada por la tecnología, la democracia, la moda y el consumo, donde los objetos dejaban de ser únicos para producirse en serie. El tamaño de las obras era cada vez más espectacular, se ampliaban los motivos y pasaban a primer plano o se multiplican a lo largo de la superficie pictórica. La expresividad quedaba desplazada a un segundo plano, siendo un estilo impersonal que retrataba su contemporaneidad con sutil conformismo. El Arte Pop fue apreciado y aprobado por el público gracias a sus formas fáciles y divertidas y a sus contenidos, que podían ser captados sin dificultad. Al espectador le gustaba reconocer objetos corrientes en los cuadros porque así se ahorraban el esfuerzo que representaba la interpretación de las obras del expresionismo abstracto, pero no comprendieron su carga de ironía y de ambigüedad.
Se distinguieron en esta corriente: Richard Hamilton, cuyo collage titulado ¿Qué es lo que hace de los hogares de hoy en día tan diferentes, tan divertidos?, ha sido considerado la primera obra del Arte Pop y atacaba directamente a la sociedad de consumo, el culto al cuerpo, el erotismo, la publicidad y la tecnología doméstica que intentan disimular una sociedad vacía de contenido y que sólo elogia lo superficial y la apariencia; Roy Lichtenstein, cuya obra se caracterizaba por composiciones salidas directamente de las viñetas de los comics, en las que ampliaba los personajes de los dibujos animados, reproduciendolas a mano con la misma técnica de puntos y los brillantes colores primaries que se utilizaban para imprimirlos; y Andy Warhol, quien utilizaba fotografías de prensa contemporáneas que repetía múltiples veces en la misma superficie, arrancándolas de su contexto habitual y trasladándolas al dominio del arte.
La próxima vez que veas una obra de Arte Pop piensa en esto: ¿Te resulta familiar el tema? ¿Encuentras ironía en ella? ¿Hay algo que te parezca divertido en ella?
Acércate al arte, conoce, reflexiona y comparte.
