Homenaje a Juan Orol, un loser de culto en cine
La cinta “El fantástico mundo de Juan Orol”, retoma a quien tal vez representa mejor al cine mexicano y, sin embargo, es mantenido en el olvido e injustamente despreciado. Esto de acuerdo con Sebastián del Amo, escritor y director de la película sobre el llamado “rey del churro” que se estrenará en marzo próximo.
Nació en España y de niño deambuló por América Latina, fue pícher de beisbol, boxeador, corredor de autos, torero, agente secreto, periodista y actor de teatro, para después llegar a ser director artístico de un grupo teatral, desde donde empezó a perfilar su futura carrera en el cine.
Dirigió casi 60 películas, la primera de ellas en 1933. En todas fungió como gerente de producción, director, productor, guionista y actor; su trabajo en pantalla le valió calificativos que fueron desde fabricante de churros, el surrealista involuntario, el Frankestein del cine, hasta el rey del cine negro mexicano o del cine de gángsters.
Pasó a la historia como el peor director del cine nacional y su descrédito le persigue todavía, a 24 años de su fallecimiento, cuando estaba solo y completamente pobre. De acuerdo con Sebastián del Amo, no sólo existe poca información sobre él sino que sus filmes no están transferidos a video ni digitalizados.
“No creo que podamos hacer un juicio tan categórico sobre alguien —dice Del Amo respecto a por qué retomar a un director tan vilipendiado—, tampoco puedo decir que su cine se compone de joyas, pero revaloremos lo que sí hizo.
“Su filmografía tiene un estilo muy definido, cosa no tan común, y sin proponérselo fue un innovador de géneros muy importantes para el cine de nuestro país, como el de las rumberas, el de cabaret y el de los gángsters.”
Seis años de investigación y otros seis buscando subsidio (costó 24 millones de pesos) le llevó al director concretar esta cita en tono de tragicomedia farsa protagonizada por Roberto Sosa, que aborda la vida de Juan Orol. A decir del creativo, resulta muy interesante que la carrera de Orol corra paralela al desarrollo del cine nacional; su trayectoria empieza con la época preindustrial del cine mexicano, su época más prolífica corresponde con la llamada Época de Oro, y su declive sobreviene entre los años 70 y 80.
“Me parece que es el director que mejor personifica lo que fue el cine mexicano: un tanto improvisado, pobretón, malhechote, pero con cierto candor y mucha imaginación, tiene aspectos muy originales que a veces rayan en lo genial. Ese es realmente el valor de este hombre”, afirma el director.
Añade que por lo que pudo investigar no fue un cineasta pretencioso, “no hacía su trabajo como un artista o por ganar premios, él lo veía como un negocio, estrictamente. Encaraba hacer películas como podía haber encarado hacer zapatos. Lo único que pretendía era sacar suficiente lana como para poder hacer la siguiente”.
La cinta que más resume su discurso es Charros contra gángsters. Decía que el cine de la época retrataba algo que ya no existía: los charros, además de que su máxima obsesión fueron esos personajes con traje a rayas cruzado, sombrero y metralleta.
“La idea es, desde la perspectiva de su vida, considerado como el eterno perdedor del cine mexicano, hacer un homenaje a toda la evolución que tuvo el cine mexicano y a estereotipos del cine mexicano, de los que Juan Orol fue de los más claros exponentes”, indica Del Amo.
Fue Agente Federal…
Nacido en La Coruña, Galicia, en agosto de 1897, murió en México, en mayo de 1988. Deja su país de origen siendo niño, recorre varias naciones latinoamericanas hasta llegar a Cuba, luego vive en México hasta los 16 años de edad, pero regresa a La Habana.
ASPA filmes, empresa desde la que realiza su primera cinta, Sagrario. Demasiado temprano Orol demuestra sus intenciones de melodrama, una mezcla de vaga preocupación social, erotismo y amores ilícitos. Después de algún éxito con esta primera película dirige ¿Mujeres sin alma: venganza suprema?, que tuvo un éxito inesperado y en la cual apareció su primera musa, Consuelo Moreno.
Sus películas comenzaron a tener un sello de garantía y estilo, sus temáticas se concretaron casi siempre en incluir el trópico, las rumberas, los paisajes exóticos, bellas y provocativas mujeres, en las que siempre había una “musa” principal y el cabaret como locación ideal. Más tarde incorpora a los gánsters. En una de sus últimas entrevistas, publicada por Rosa María Pereda, el cineasta dice: “Yo empecé con el cine dramático en México, y hacía llorar hasta a los hombres. Luego, cuando los otros empezaron con esto, yo hice películas tropicales y me traía muchachas bonitas de Cuba… Como tuvieron éxito, otros productores se pasaron al tema, y entonces me dediqué a hacer cine de gángsters. He hecho la vida de los principales, de Al Capone, de Lucky Luciano, de Joy Adonnis, de todos los grandes. Era un tema que me gustaba y del que sabía un poco por el tiempo que fui agente de la Federal, como el FBI, de México”.
