Los Úteros que Conquistarán a Estados Unidos

Imaginemos que es el año de 2052, el año que estaré por ahí celebrando mi aniversario número 90 y para cuando de verdad espero que mis amigos se hayan salvado o se estén salvando de la masacre que nos espera conforme pasen los años y que no se cumpla la competencia de mi amigo Isaac, aquella que decía, “el que se muera con más juguetes gana”.

No es que los esté invitando a mi cumpleaños desde ahora, de hecho, nunca me gusta hacer planes con tanta anticipación y no sé si la Atlántida saldrá por fin de su timidez hacia arriba de los mares, o si el eje de la Tierra girará como La Pirinola Cósmica o si llegará el Monstruo Come Roca por fin a salir por la chimenea el Popocatepetl, furioso lanzando fuego, cenizas, piedras y corrientes piroclásticas por decir lo menos.

No, me interesan más los cambios que no nos damos cuenta, pero a escala humana, que se hacen poco a poco presentes en nuestras vidas y que a veces no los percibimos por más que agucemos los ojos esperando en el porche a verlos.

Bien, pues uno de estos cambios es el decisivo respecto al ritmo en la composición de la población que está sucediendo en los Estados Unidos, ya que en 2012 por primera vez desde 1776, o sea, desde su mera fundación, en los EU han nacido más niños no exactamente blancos que blancos.

Esto ha marcado decididamente un parteaguas, el momento en que les dio el calambre primero a los demógrafos, y todavía no tanto a los políticos, que deberían estar conscientes, pero como que estos como siempre andan medio atrasados por estar continuamente enfocados en la cuestión fotogénica y demás de no quererse quitar de la oportunidad de besar bebés que no sé si se han fijado del color de los ídem que ya no es el mismo de siempre.

Primero que nada, no importa el color de nadie, lo que importa es que se eduquen a la medida de sus posibilidades y que esté en ellos el que hagan el bien por los que le rodean y de ahí hacia su colonia, ciudad, estado, país, planeta.

A fin de cuentas desde el espacio no hay fronteras ni los países se ven de colores (al contrario de como Huckleberry Finn le dijo a Tom Sawyer viajando en globo que sabía que seguían en Illinois porque este se diferenciaba de Indiana precisamente porque Illinois era verde e Indiana era rosa, y como todo abajo se veía verde…), pero sí, ya sé, son sólo pensamientos que vagabundean, derivan o deliran, pero lo básico es eso: ya desde hace mucho que los colores deberían dejar de importar

No hay que olvidar que básicamente los que tenían pensado conquistar el mundo a través de los úteros de sus mujeres eran los árabes, quienes promulgaron esa política en 1974, recuerdo haberlo leído en Tiempos Modernos de Paul Johnnson, cosa que no lo duden, ahí la llevan, tanto, que no hace mucho leí que el nombre que más estaba siendo usado para bautizar bebés en Bruselas era Mohammed, con todo lo que quieras pensar que está sucediendo allá y que el destino nos traerá pronto para ver y sorprendernos.

Volviendo a eso, ¿qué impacto tendrá este tema para el país? En 2052, por decir un año cualquiera, las cosas tendrán un color más definido.

Bueno, tengo la idea que el mexicano/a que se haya ido a vivir allá con los años y que de alguna manera u otra ya se haya quedado se integró en el American Way of Life pero no del todo, seamos realistas, el mexicano mexicaniza en cuanto puede la zona en la que se mueve.

Y no, no creo que tendrá mucha filiación por la zona que dejaron sus ancestros, en dos generaciones más, y también creo que de alguna manera ellos querrán mantener sus fronteras cerradas a como están ahora gracias al Department of Homeland and Security, porque, usted sabe cómo somos todos con eso de la zona de seguridad.

Sí creo que haya cambios grandes en la cuestión de más cosas que deseen que les vendamos, tales como dulces y cosas así, y sí, quizá la bonanza de esa cuestión cultural será bien aprovechada por las compañías panificadoras, o de cemento o de tortillas o de refrescos o de zapatos que suenen a mexicano y que se vendan allá aprovechando el sabor y reminiscencias del “Viejo México” de sus padres o abuelos.

No creo que haya impacto económico más de eso.

¿Y el impacto político? ¿El cultural? Está por verse, habría que ver si ellos, los de la cada vez mayor Améxica la Grande, deseen adquirir poco a poco nuestros discos (o como se llamen en 2052), nuestros libros (cosa que espero fervientemente), nuestras películas, televisión y telenovelas o lo que sea, o que ellos ya las hayan adaptado, porque adoptado lo hicieron muchos años antes, y que nos sigan escandalizando porque creemos tal vez que ellos prefieren los Taco Bells a los tacos de barbacoa que nosotros sí diferenciamos.

Resumiendo.

Hay cambios grandes que se avecinan gracias a esos úteros: el hispano votará demócrata, hablará inglés como último recurso pero lo terminará haciendo, y por último el hispano nunca querrá volver a México, si acaso a morir, o antes si empezamos a tener leyes al modo de las que en su generalidad tienen ellos, es decir, de las que sí se cumplen, de las que sí se llevan a cabo, por respeto o por temor, o porque tiene que ser así, natural el obedecer una ley, acción que en sí no debería sorprender a nadie.

Así que, poco a poco de alguna manera no exactamente nosotros, sino ellos, están conquistando Estados Unidos, al menos lo que era nuestro más un poquito de Manhattan más un poquito de Chicago más un poquito de Carolina del Sur más un poquito de…

Y enfatizo en no es por el útero de nuestras mujeres, sino por el útero de las hispanas, benditas sean.

Lo único que espero es que ese amor por la bandera norteamericana, por su constitución y por sus primeras enmiendas sí sea traído a o imitado algún día en México y que nos haga amar a nuestra bandera mexicana, a nuestra constitución y a las leyes que emanen de esta, sin tanto rollo que tú y yo sabemos que en este México Mágico y Misterioso hemos sido capaces de hacer con ellas todos los días de nuestras vidas. Eso sí haría el verdadero cambio, el respeto a las leyes, nada de atajos, nada de nada, sólo la ley.

Ojalá que lo anterior suceda antes del año 2052 o antes de que el Popo estalle y salga de ahí, muy enojado, el Fantástico Monstruo, el Fantástico Monstruo Come Roca.