Diario Cultura.mx

El catálogo del PFC’11 es un objeto de colección para la biblioteca visual de la fotografía de NL

El Programa de Fotografía Contemporánea (PFC, por sus siglas) es un espacio para la ficción que se pretende crítica, y un espacio de la libertad, así lo definió ayer Javier Ramírez Limón, estudioso de la fotografía que participó en la conformación de este proyecto educativo de la Fototeca Nuevo León del Centro de las Artes.

 

La obra más representativa de los participantes en este programa fue reunida en el catálogo Programa de Fotografía Contemporánea 2011, editado por CONARTE, y presentado ayer en la XXII Feria Internacional del Libro Monterrey 2012.

Este catálogo, que reúne lo más representativo de 16 proyectos de 17 participantes (dos de ellos forman colectivo), es un esfuerzo muy importante que se hace a partir del gremio y de la institución, pero también a partir de la propia gente que aplica y participa en este programa.

 

“Es también un esfuerzo de muchos otros participantes que no están en esta presentación, que son los talleristas, los tutores, los visitadores de trabajo y de mucha gente que está involucrada con este programa”, mencionó Domingo Valdivieso, coordinador de la Fototeca.

 

Durante la presentación, realizada en la Sala 101 de Cintermex, Valdivieso fue acompañado por Rubén Marcos Marcos, vocal del gremio de Fotografía, y del ya mencionado Javier Ramírez Limón.

 

Al referirse a ellos, destacó la gestión de Marcos Marcos con el gremio, sobre la importancia que tenía generar un proceso de formación para la promoción y el impulso de fotógrafos de Nuevo León, que, en un momento dado, pudieran ser  incrustados en un circuito nacional, e incluso internacional.

 

Sobre Ramírez Limón, señaló que es el orquestador del programa.

 

“Es que el que se encarga de las depresiones, de los ritmos de todos los participantes en el programa; de jalar cuando hay que jalar, de presionar cuando hay que presionar, de apapachar cuando hay que apapachar, porque que cada uno tiene su tiempo y su proceso. Los que están aquí saben que hay tiempos para generar información, para poder producir”, dijo Valdivieso.

 

Agregó que se está construyendo el PFC´12, ya que el programa ha tenido una importante repercusión.

“EL PFC´11 ha repercutido no sólo en Nuevo León, pues se va a realizar uno en Hidalgo, en el Instituto de las Artes de Pachuca, y también en el Gimnasio de Arte en la Ciudad de México; estamos de alguna manera exportando este proyecto de este proceso educativo”, comentó Valdivieso.

 

Por su parte, Javier Ramírez Limón especificó los dos ejes sobres los que estaba fundado el PFC.

 

“Todo proyecto desarrollado en el programa debía tener una base discursiva. La fotografía, como cualquier signo, significa. Esto que parece casi una obviedad no siempre es críticamente establecido en el medio, quiero decir: que todo elemento de la imagen debe, en principio, subordinarse a una dimensión discursiva, incluso cuando el fotógrafo no esté deliberadamente consciente ello.

 

“Un defecto del discurso y segundo eje del programa, trata sobre la posibilidad de que la imagen fotográfica experimente cierta expansión y se mezcle con otros medios. Discurso y Posibilidad Expansiva -esta derivada de aquel- es lo que, en principio, configura un modelo como el PFC”, explicó Ramírez Limón.

 

Mencionó ambas cosas porque pudo haber sucedido que el programa no incluyera la posibilidad de mezclas, advirtió.

 

El catálogo cuenta con texto de Javier Ramírez comentando, como lector, tratando de interpretar los trabajos expuestos en el libro.

 

Aparte, se incluyen textos críticos de Irving Domínguez y Eduardo Ramírez Pedrajo.

 

“El primero”, explicó Ramírez Limón, “sitúa al PFC en la enseñanza de la fotografía en México, en las dos últimas décadas. El segundo, contextualiza al PFC en la ciudad de Monterrey, en términos no sólo de la práctica fotográfica, sino del funcionamiento de las instituciones”.

 

Por último, Domingo Valdiviesodestacó la importancia del catálogo publicado por el CONARTE ya que, desde su formato, se convierte en un objeto de colección, propio de coleccionistas que estén formando su biblioteca visual, pues la publicación de este catálogo significa no perderse los fascículos de la formación de fotógrafos en Nuevo León.