Los barrios de Monterrey del XX

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Desde lugares para el comercio hasta importantes zonas residenciales, los barrio de la ciudad “abrazaron” a la industria para su crecimiento.

El desarrollo de Monterrey dejó en el recuerdo usos y costumbres y le dio a la ciudad una nueva fisonomía, que aún hay quienes la recuerdan.

Hablar de barrios o colonias es hablar de cultura, de formas de vida, de cotidianidad y tradición familiar. “Desde la fundación de Monterrey, los primeros pobladores europeos se establecieron en los alrededores de la plaza principal, construyeron chozas y algunas casas de cantera”, menciona el historiador José Ángel Anguiano, especialista en el tema.

En las décadas posteriores, se fue poblando un barrio detrás de la parroquia (hoy Catedral) en donde vivían los políticos y los militares, convirtiéndose así en el primer barrio de Monterrey.

Los límites de la ciudad.

Ya en el siglo XX, los límites de la ciudad cercados por barrios alrededor de fábricas se ubicaban al Sur en el Colonia Nuevo Repueblo; al Oriente por la Fundidora; al Poniente por Cigarrera la Moderna y al Norte por Cervecería Cuauhtémoc y Cementos Mexicanos. “En sí, nos podemos dar cuenta que Monterrey siempre se ha caracterizado por ser una ciudad industrial,  y que posteriormente las colonias y viviendas “abrazaron” de cierta forma éstas industrias, dejándolas en el centro”, agregó el historiador.

Los barrios más populares del siglo XX

En pleno apogeo industrial de la ciudad, se recuerdan los principales barrios que formaron parte de la misma, y donde actualmente algunos se mantienen, “esto podría considerarse el Monterrey de antaño”, por decirlo de alguna forma.

Barrio de la Colonia Hidalgo. En 1915, se comenzó a poblar la colonia Hidalgo, al norte de la ciudad. Su primera escuela fue construida por los vecinos el 5 de febrero de 1924, la cual nombraron Miguel Hidalgo. Había una estación de ferrocarril en I. Altamirano y Piedra Parada, hoy M. Carrera y prolongación Cuauhtémoc.

Barrio del Mediterráneo. Algo muy representativo era el muro que se construyó en 1910, con el propósito de proteger a la ciudad de las fuertes avenidas del río Santa Catarina. El muro cubría desde la calle Serafín Peña, antes Calle de las Flores, y terminaba en la arteria Nicolás Bravo. Frente aquel muro existía un gran terreno, hoy Pulga Río.

Barrio de la Medalla (antes barrio de la Corona). Se asentaron en los alrededores de los talleres del Ferrocarril de Monterrey, en las calles Roble, Urdiales y Ruiz Cortines, por los años 30. Lo más simbólico de la colonia fueron las escuelas:  Héroes de Nacozari, la secundaria No. 6 Centenario de la Constitución, la primaria Profra. Sofía Cavazos, el templo de Nuestra Señora del Refugio.

Barrio del Obispado. Opulento por su naturaleza, y conocido como sede de los directivos de las empresas de la ciudad. Es una zona residencial con construcciones de principio del siglo XX. En la avenida Hidalgo, (antes calle Real) se encontraban lugares como el Hotel Hidalgo, negocios como la Grosery Store, el Hospital Muguerza, entre otros. Por allí transitaron grandes figuras como: el virrey Félix M. Calleja, el general Mariano Jiménez, el coronel Juan Ignacio Ramón, Fray Servando Teresa de Mier, el general Zachary Taylor durante la invasión americana, Santiago Vidaurri, Porfirio Díaz, Francisco Villa, por mencionar algunos.

Barrio El Nacional. Nació en 1920 al instarse la Estación Unión (hoy Central de Autobuses) y la Estación del Golfo (hoy Casa de la Cultura). Estaba ubicado entre la calzada Madero y la calle Colón, las calles adyacentes eran: Reforma, Rayón, Jiménez y Pino Suárez. La característica de este barrio era el comercio, los negocios que más proliferaban eran los hoteles, carnicerías, sastrerías, peluquerías, tiendas de abarrotes, cafés, etcétera. “La alteración de este barrio se dio por la construcción de la línea 2 del metro y la ampliación de la avenida Madero”, reitera el historiador.

Barrio Buenos Aires. Su origen se remonta a la entrega de viviendas, prestación que tenían los trabajadores de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey S. A., en 1950. Por el 65 aniversario de la Fundidora se construyó el Parque de Ligas Pequeñas de Beisbol Buenos Aires, mismo que todavía existe. El parque España era el lugar de recreación de este barrio.

Barrio de la Luz. Llamado así por el templo dedicado a la advocación mariana Madre Santísima de la Luz. Se construyó en 1895 en un terreno comprendido entre la plaza de la Muralla también conocida como la placita de la Luz, ubicada en Ruperto Martínez por Platón Sánchez y H.I. Cairo, hoy Carvajal y de la Cueva.

Barrio Garibaldi. Se encontraba a un costado del antiguo Colegio Civil. Al frente, por la calle del mismo nombre, en colindancia con Juárez, Washington y 5 de mayo, surgió la Plaza Colegio Civil. Estaba rodeada por muchos templos, como: El Roble, San José, Dolores, Sagrado Corazón de Jesús, entre otros.

Barrio Reforma y Galeana. Su ubicación estaba limitada por las calles de Guerrero, Galeana y Emilio Carranza. Por su cercanía con la calzada Madero, el barrio se hizo comercial; algunos de los negocios fueron el cine Florida, la Súper Chueca, Casa Lozano, Casa Emilio, Cine Reforma, Fotografía Jasso, Mueblería del Golfo, por mencionar algunas.

Barrio Diego de Montemayor. Tenía su ubicación desde el río Santa Catarina hasta las calles de 5 y 15 de mayo, de sur a norte, y de Mina a Juárez, de oriente a poniente, y era considerado el centro de la ciudad. “Era un barrio tranquilo y confortable. Su desaparición se debió, en gran parte, a la construcción de la Macroplaza”, recuerda Anguiano.

Barrio de la Calle Juárez y plaza del Colegio Civil. Un barrio artístico y comerciante. La plaza y Colegio Civil situados en este barrio representaron, con sus actividades magisteriales y artísticas, la educación, arte y cultura de Monterrey. Y su lado comercia se debe a que en ese lugar se ubica el Mercado Juárez.

Barrio de la Catedral. El 23 de junio de 1982, en el gobierno de Alfonso Martínez Domínguez (1979-1985), se dio el banderazo de inicio de los trabajos de demolición de 400 mil metros cuadrados, que darían paso a la construcción de la Macroplaza. Entre los lugares más representativos estaban la plaza Zaragoza, Hotel Brístol, Don Diego, Zuazua, Continental, San Antonio Iturbide, Restaurante Flores y Pensilvania, el Círculo Mercantil, Bar Reforma y Carita, Cine Elizondo.

Barrio La Purísima. Bautizado así porque se encontraba alrededor del templo de la Purísima, “lo constituían familias de empresarios prósperos, grandes comerciantes, prestigiados profesionistas y personalidades distinguidas del ámbito local e internacional”, mencionó el historiador. Sus lugares más representativos eran la plaza Llave, la casa de don José Calderón, el tranvía que transitaba por Simón Bolívar.

Barrio de San Luisito. Hoy colonia Independencia. Se formó en la segunda mitad del siglo XIX, y se le llamó así porque fue poblado por migrantes provenientes del estado de San Luis Potosí.  En 1910 se le cambió el nombre al de colonia Independencia como consecuencia de los festejos del primer centenario. Uno de sus lugares más famosos es el puente San Luisito hoy conocido como Puente del Papa.

Los transportes entre los barrios

Básicamente se utilizaba el transporte urbano, ya que las rutas camioneras comenzaron a introducirse en las colonias para llevar y traer a los trabajadores a sus trabajos. “Es preciso señalar que muchas fábricas reclutaban a los habitantes de las colonias circunvecinas para el fácil traslado a las ocupaciones laborales”, comentó Anguiano.

Algunos espacios perdidos.

Con el paso del tiempo, los usos y costumbres de los regiomontanos fueron cambiando, y se podría decir que uno de los espacios que se perdieron, comenta José Ángel Anguiano, es la Alameda (hoy en reconstrucción), en donde muchos regiomontanos de nacimiento o por adopción conocieron a sus parejas. “La Alameda tenía un gran resbaladero al que niños de todas las edades acudían a divertirse, además del foro a Cri Cri y los juegos mecanicos “Manzo”. agregó.

 

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About Author

Eduardo Cázares Puente (1976- ). Es Licenciado en Historia por la UANL. Maestría en Educación por la Universidad Tec Milenio, además de ser catedrático de este centro de estudios desde el 2009. Es paleógrafo e investigador de temas de historia del Noreste de México y autor de los libros Nuevo León durante la Guerra México-Estados Unidos (1846-1848); Monterrey: revoluciones, guerras y comerciantes (1808-1855), tomo III de la enciclopediaMonterrey: origen y destino (2009). Ha colaborado con artículos en revistas como Atisbo, Actas y Relatos e Historias.

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