De abril a agosto de 1864 Monterrey se convirtió en capital de la República Mexicana, cuando el gobierno itinerante de Benito Juárez se estableció en Nuevo León.
Con el ejército francés a su acecho, el gobierno federal entró en la capital nuevoleonesa el 11 de febrero de 1864 para intentar mediar con el rebelde gobernador del entonces estado de Nuevo León-Coahuila, general Santiago Vidaurri. “Se le llama rebelde porque buscaba controlar los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas con el fin de establecer una nueva república, aprovechando el conflicto bélico que se vivía en el país”, mencionó el historiador Essau García González.
Tras negar este último la entrega de las arcas fronterizas, el presidente tuvo que regresar a Saltillo para ordenar por medio del decreto presidencial la separación de Nuevo León y Coahuila y poner a Vidaurri fuera de la ley.
Finalmente, Juárez entra a Monterrey el 3 de abril de 1864 entre grandes honores. Estableció su gobierno convirtiendo así a la capital nuevoleonesa en la sede de los poderes federales, y junto a su gabinete planeó la defensa del país tras la invasión del ejército francés y la imposición de Maximiliano como emperador de México.
“Aunque se había convertido en capital de la República, y había un número destacado de militares que resguardaban la integridad del presidente Juárez, la vida cotidiana siguió de manera pasible entre los ciudadanos”, agregó el historiador.
“Cabe destacar el momento histórico en que se desarrollo este acontecimiento, ya que nuestro país se encontraba en medio de una invasión extranjera, por lo cual el asilo que dieron los regiomontanos de la época al gabinete juarista en ese momento de punto de quiebra, por lo cual se debe dignificar este acontecimiento”, agregó García Gonzáles.
Así, el historiador narra que Juárez comúnmente concurría en la plaza de armas de Monterrey (hoy plaza Zaragoza) y que continuamente acudía a comparar los alimentos básicos entre los tendajeros de la ciudad. Aunque muchos no lo conocían, se sabía que el hombre de baja estatura de levita negra que andaba por la ciudad era el presidente de la nación.
Durante su estancia en Monterrey a Juárez le nació su último hijo de nombre Antonio el 13 de junio de 1864. También, desde la sede del Palacio de gobierno que ese tiempo se ubicaba en la esquina norponiente de las calles de Morelos y Escobedo, escribe a Maximiliano de Habsburgo la famosa carta del 28 de mayo de 1864 en donde rechaza unirse a su imperio en México, donde se destacan las siguientes líneas:
“Es dado al hombre, algunas veces, atacar los derechos de los otros, apoderarse de sus bienes, amenazar la vida de los que defienden su nacionalidad, hacer que las más altas virtudes parezcan crímenes y a sus propios vicios darles el lustre de la verdadera virtud
Pero existe una cosa que no puede alcanzar ni la falsedad ni la perfidia y que es la tremenda sentencia de la historia. Ella nos juzgará”
Juárez abandonó Monterrey el 15 de agosto de 1864 con rumbo a Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez, Chihuahua), tras ser fintados por el ejército francés al mando del general zuavo Jeanningros, y de esta forma seguir manteniendo la lucha contra el Imperio de Maximiliano. De esta manera concluyó la etapa de Monterrey como capital de la República.
Así, en éste periodo hubo paz en la región y solamente con el avance del ejército francés rumbo al norte se provocó la salida de Juárez y su séquito de la ciudad con rumbo a Paso del Norte en Chihuahua, para evitar que fueran capturados.
