Casi a finales del siglo XVIII, el Obispo de la ciudad Andrés Ambrosio Llanos y Valdés planeó, junto al Gobernador del Reino y los principales, la construcción de una “nueva ciudad”, al norte de la primera fundación. La inversión de casi $60,000.00 pesos para la edificación de una nueva Catedral y una nueva sede para las Casas Reales no fueron suficientes para evitar las pugnas entre el Gobernador Simón de Herrera Leiva y el Obispo Llanos y Valdés, quien disgustado con el primero salió dela Provinciadejando inconcluso el proyecto.
La paz y quietud de la ciudad de Monterrey fue alterada hacia 1798 cuando una fuerte epidemia de viruela sacudió estas regiones provocando gran cantidad de muertos, pero el trabajo organizado del Ayuntamiento, de fray Antonio dela Veray Gálvez, Doctor del Convento de San Francisco, y de la población en general, permitieron que la epidemia no fuera de mayores consecuencias. La cifra total de víctimas en el Nuevo Reino de León fue de 1,079 personas.