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LAS COSAS QUE NOS INSPIRAN: El Tiempo

Por Mariana García Luna

Dicen que nunca hay suficiente, que se va como agua, que por favor se detenga (no, mejor no), que no existe, que es una ilusión, que se va en un abrir y cerrar de ojos, que es fugaz, que es irrelevante, que es lo único que importa, que no hay que desperdiciarlo, en fin. Del tiempo se dicen y se repiten muchas cosas, pero lo que hasta hace muy poco comprendí es que si lo vemos con distintos ojos, el tiempo puede estar lleno de inspiración. Quizás sea ése su único y real cometido.

Cada momento, cada instante de nuestras vidas, lleva en sí un lapso de tiempo único e irrepetible. Por lo tanto no podemos negar cuán abundantes somos de tiempo… Y, además, siendo irrepetible, tampoco podemos negar que nosotros mismos somos únicos e irrepetibles, que la originalidad se incrementa en cada inhalación que damos.

Si tan sólo pudiéramos hacernos más conscientes de cada momento de nuestra existencia, tal vez, reduciríamos el miedo a la velocidad con la que percibimos que marcha el tiempo. Porque por eso, el paso del tiempo nos causa tanta angustia, porque intuimos, quizás de una manera inconsciente, que al final lo único que hay es la muerte. Cuando nos enfocamos en lo rápido que se va la vida, la respuesta que nos aguarda es aquella que algún día descansará varios metros bajo tierra (en lo que concierne al cuerpo, por supuesto).

Entonces, ¿no sería más útil usar el tiempo a nuestro favor?… En vez de sentir miedo de él (qué digo miedo, ¡pánico!), sería lindo sentir que lo tenemos de aliado.

No se trata de ser utópicos y aferrarse a la premisa de que como el tiempo no existe, entonces no importa: la realidad todos los días se encarga de apurarnos para cumplir con nuestras obligaciones. Tampoco se trata de renunciar a todo e irnos a refugiar a la isla más cercana, para entonces sí, disfrutar del tiempo. Simplemente, se trata de observarlo desde otro punto de vista. Desde una óptica en el que el pasado se quedé ahí y el futuro permanezca siendo una sorpresa, no una meta; porque las metas siempre se llevarán a cabo en el presente. Suena un poco complejo, sin embargo, mientras más practiquemos aquello del “aquí y el ahora”, más posibilidades tendremos de experimentar verdaderos instantes que nos parezcan eternos.

Este asunto de encontrar la inspiración en el tiempo se trata, creo yo, de respirar profundo, de darnos cuenta de la fortuna que tenemos de estar vivos; pero no allá a las quinientas, después de haber padecido una enfermedad grave, después de haber sufrido la pérdida de un ser querido. Respiremos profundo a cada momento, para apreciar la realidad de existir, para asombrarnos con ese preciosísimo instante de inhalación, porque es todo lo que tenemos. Porque si nos detenemos un poco, el tiempo también se detendrá, aunque sea sólo para dejarnos contemplar, precisamente, ese instante de vida.

Y, a ti, ¿te inspira el tiempo?…