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Presentan hoy Cuates de Australia (México 2012)

A los habitantes del ejido Cuates de Australia, de la sierra de Coahuila, al parecer nada los doblega. Viven en una zona semidesértica, muy agreste, donde el agua escasea.

Ellos se proveen del vital líquido de un pozo colectivo, que se abastece de forma natural con la esporádica lluvia que cae cada año. Sin embargo, la lluvia tarda y el pozo se seca y allí se recrudecen sus penurias.

Sobre la vida de esta gente de carácter férreo, el cineasta mexicano Everardo González realizó el documental Cuates de Australia (México 2012), que se proyectará en funciones especiales mañana miércoles 20 de febrero a las 18:30 y 21:00 horas en la Cineteca Nuevo León del Centro de las Artes, en el interior del Parque Fundidora.

En dichas funciones estará presente Everardo González para sostener un encuentro con el público y tener un intercambio de ideas sobre esta película, que ganó el Premio al Mejor Documental Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2012.

Los habitantes del ejido Cuates de Australia realizan cada año un éxodo en busca del agua, durante la temporada de sequía. En este exilio, hombres, mujeres, ancianos y niños esperan la llegada de las primeras lluvias para regresar a su tierra.

“Si no hay agua, ahorita llueve”, afirma con fe un anciano del poblado.

El documental es un interesante estudio antropológico social sobre los habitantes de este poblado, quienes a pesar de las condiciones adversas en que viven, tienen un sentimiento de arraigo muy fuerte, por la tierra en que nacieron.

“Para tener un pedazo de tierra, la gente tiene que sufrir, tiene que batallar. No se nos da nomás porque sí”, afirma con convicción un lugareño, curtido por el sol.

“Antes había mucha agua, hasta tres aguaceros por año. Ahora, escasea la lluvia y bueno hay que resignarse. Dios es el que manda el agua”, dice un anciano.

La lluvia no llega y la sequía azota con fuerza. Pronto, la sed cobra sus primeras victimas. El ganado empieza a morir. Es hora de emigrar en busca de agua.

Los habitantes abandonan el poblado, llevándose todo lo necesario. El ejido se convierte por algunos meses en un pueblo fantasma. Su éxodo tiene su recompensa. Encuentran agua y vuelve la tranquilidad a al comunidad.

Luego de algunos meses de sequía, la naturaleza se acuerda de este recóndito lugar. La lluvia llega con fuerza. Todo vuelve a cobrar vida. El pozo se llena y los habitantes de Cuates de Australia vuelven a su terruño. La vida sigue.