Expropiación petrolera de México en 1938. Presidente Lázaro Cárdenas del Río.
En el año de 1934 llegó a la presidencia de la república el general Lázaro Cárdenas del Río. Reconocido por diversos cambios en la vida social, laboral y económica del país, el presidente destaca más por su intervención en uno de los episodios más importantes en la historia de México: la expropiación petrolera. Desde la época de Porfirio Díaz, el petroleo en México ya era comercializado. El longevo presidente les otorgo una conseción de 50 años libres de impuestos a las principales compañias petroleras del país (Mexican Petroleum Company y Petróleo El Águila). Por tal motivo, la industria del “oro negro” no generaba ningún tipo de riqueza para el país, lo cual era trágico en un momento en el que el mercado mundial crecía aceleradamente.
Años después llegó la revolución mexicana y trajo consigo gran cantidad de cambios políticos y sociales. El presidente Madero demandó a las empresas (cuyos dueños eran estadounidenses) pagar un impuesto de 2 centavos por tonelada producida. La negación de los empresarios es rotunda e incluso acuden a su país por ayuda. Estados Unidos reclama a México que la imposición de dicho impuesto era un tema de nacionalidad más que de economía, por lo cual era reprobable por parte del gobierno norteamericano. Por años se continuó con la misma forma de pago, la cual representaba aproximadamente el 0.06% de las ganancias.
Para 1917, el ejército constituyente de Venustiano Carranza se econtraba en el poder. Inmediatamente se establece la nueva constitución que regira al Estado, y que remplzaría a la de 1857. Un cambio notable, entre tantos, que propuso la constitución nueva fue registrado en el artículo 27:
“corresponde a la nación el dominio directo de […] los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno, sólidos, líquidos o gaseosos”
Con este cambio, las empresas petroleras comenzaban a ver el final de su oligopolio. Debido a esto, la industria aumentó su producción de tal manera que México llegó a producir el 25% de la producción mundial de petroleo. Lo que significa al rededor de 193 millones de barriles. Tiempo después llega Lázaro Cárdenas a la silla del águila. Una importante huelga de los trabajadores de la industría para por completo la producción, y con ella, gran parte de la vida laboral del país. El presidente entiende que es necesario intervenir y así lo hace. Se exige a los petroleros pagar un total de 26 millones de pesos en salarios, lo cual fue negado. Durante el 6, 7 y 8 de Marzo se juntaron los empresarios del “oro negro” con el presidente. Según cuenta Jesús Silva Herzog, “en una de las reuniones, un abogado de las compañías preguntó a Lázaro Cárdenas: ¿Y quién nos garantiza que el aumento será de sólo 26 millones? El general contestó: Yo lo garantizo; ¿Usted?; Sí, lo garantiza el Presidente de la República. Ante la sonrisa esbozada por el abogado, el presidente Cárdenas se puso de pie y les dijo: Señores, hemos terminado”.
Expropiación petrolera, México.
Reconociendo, con miedo, su error, los empresarios aceptaron de último momento el contrato salarial propuesto, sin embargo, el presidente ya había tomado una decisión. El 18 de Marzo de 1938, en un anuncio radiofónico, el entonces presidente Lázaro Cárdenas procedió a la lectura del decreto que hacía válido el artículo 27 de la constitución. Desde aquel momento, y hasta la fecha, el petroleo es de los mexicanos y su administración es cuestión del gobierno federal. Desde aquellos tiempos no se ha visto una decisión gubernamental que impacte tanto, y tan rápido, la economía del país tricolor.
