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LAS COSAS QUE NOS INSPIRAN Los colores

Hasta el gris es bonito cuando sale el sol, y para que salga el sol únicamente hace falta sonreír.

Los colores pueden llenar de inspiración nuestro día y nuestros espacios. Ahí están siempre, aunque, a veces, ni los notemos. No hay que ir tan lejos para encontrar un morado en el clóset o un verde en el refrigerador, como tampoco hay que ser tan perspicaz para encontrar la luz que refleja la pared blanca al mediodía o el naranja de esas frutas deliciosas que están en el frutero.

La cuestión es detenerse un momento para observar que la vida está llena de colores, que aunque los días estén nublados, podemos deleitarnos con los tonos de grises que, más allá de mecernos en la melancolía, pueden traernos un momento de paz… si es que lo buscamos.

Hay una pila de libros en la esquina desde donde escribo esperándome para ser leídos y corregidos. No fue hasta hace un momento, cuando me disponía a escribir esta columna, que noté que sus diversos colores armonizan entre sí y le dan un toque especial a la habitación. Entonces recordé la importancia de los colores en la vida. Colores que podemos ver con los ojos que queramos utilizar: los del alma o los del cuerpo.

Los del cuerpo siempre nos presentarán los tonos que nuestra percepción nos marque, sobre todo, porque dependen de la hora del día, ya que la luz puede variar. En cambio, los ojos del alma nos permitirán ver los colores aun si permanecemos con los ojos cerrados, aun si la tormenta o la noche parecen desaparecerlos. Si intentáramos ver todo con esos ojos la vida sería luminosa, brillante, siempre llena de color.

Tal vez las circunstancias no siempre nos permitan darnos cuenta de que dentro de nosotros mismos están todos esos maravillosos colores, porque desgraciadamente, damos permiso para apagar el interruptor. Pero si hacemos consciencia de que es nuestra responsabilidad y nuestro derecho elegir, quizás podríamos permanecer con el interruptor prendido la mayor parte del tiempo.

Por supuesto, todo esto de los colores no es más que una metáfora, sin embargo, nunca estará de más que pongamos atención en las cosas que siempre se hallarán ahí para inspirarnos, así se trate del rojo de una manzana, del magenta de una flor, del gris nuevo de nuestro coche o de los ojos color miel de nuestro perro faldero. Nunca estará de más saber que para que un sol dorado surja en nuestra alma solo hará falta sonreír.

Y a ti, ¿te inspiran los colores?…