Gilberto Bosques.
Es conocida por muchos la maravillosa historia de Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó la vida de aproximadamente 1,200 judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Ya sea por la aclamada película o la amplia difusión mediática de la historia, el hombre de negocios alemán es reconocido como un héroe de la guerra. Sin embargo, existe un personaje mexicano que realizó labores parecidas a las del alemán, e incluso, en una mayor medida. Gilberto Bosques, un héroe mexicano que no figura en los libros de historia. Un diplomático que salvó a miles de franceses, españoles y judíos de la guerra en Europa.
Gilberto Bosques nació en Chiautla de Tapia, Puebla durante 1892. Desde joven fue partidario de la revolución mexicana. Una vez graduado como normalista en Puebla, se unió a las filas del General Venustiano Carranza. En el año de 1921 Carranza lo nombra Secretario General del Gobierno en su natal Puebla. Tras 2 años de función fue elegido Diputado Federal para los años de 1924 a 1928. En 1934, después de disturbios en el país, es seleccionado como presidente del Congreso de la Unión bajo el mando de Lázaro Cárdenas.
El presidente Cárdenas le tenía una alta estima, por lo cual, en 1938 ante la crisis mundial originada por la Segunda Guerra Mundial y la caída de la República Española es nombrado cónsul en París. Durante su estancia en Europa, Gilberto Bosques apoyó en gran medida a los españoles que huían de Franco. Más de 25,000 españoles acudieron a Francia donde fueron documentados por el cónsul mexicano, y en la mayoría de los casos, llevados a México. Sin embargo, su gran labor no culminó en ese momento. Tras la ocupación alemana en París, Bosques, junto a su familia y trabajadores, mudó el consulado mexicano a diversas ciudades en el mismo territorio francés. Terminó estableciéndose en Marsella, donde continuó con sus labores bajo el apoyo del presidente Cárdenas.
Gilberto Bosques, título de cónsul.
Bosques proporcionó visas a los antinazis que buscaran resguardo en México. Franceses, libaneses y judíos fueron beneficiados por estas políticas mexicanas. Debido a la gran demanda que existía, Bosques rentó dos castillos para cuidar de la gente (Reynarde y Montgrand). Cientos de mujeres, niños y hombres tomaron como asilo aquellos lugares (al rededor de 800 y 1300 personas). Años después, las autoridades francesas lo entregaron a la GESTAPO; fue llevado junto a su familia al pueblo Bad Godesberg donde se les recluyó. La gran labor humanitaria del mexicano terminó en 1942. El presidente Ávila Camacho llegó a un acuerdo con el gobierno alemán en el cual intercambiaron prisioneros, entre ellos se incluía al cónsul mexicano. Fue recibido en la estación del tren por gran comunidad extranjera y mexicana; según el documental “Visa al Paraíso”, que narra los hechos, fue cargado en hombros como un héroe internacional. Después continuó sus funciones como cónsul en Cuba y otros paises latinoamericanos. Falleció el 4 de Julio de 1995.
En honor a Gilberto Bosques.
El gobierno mexicano ha reconocido la gran labor de Gilberto Bosques, en cierta medida. El congreso del Estado de Puebla ha grabado su nombre en el recinto de reunión. El gobierno austriaco nombró una calle en la ciudad de Viena en honor a él. Las embajadas alemanas y francesas entregarán cada año el “Premio de Derechos Humanos Gilberto Bosques”, el cual fue creado en el presente año 2013. La cineasta Lilian Liberman realizó recientemente un documental de la vida de esta figura mexicana, el cual se titula “Visa al Paraíso”
“Quien tenía la firma de Gilberto, tenía fe para la vida”
(Flory Klapp, rescatada por el cónsul)
Cientos de mexicanos nos preguntamos la razón por la cual no se difunde la historia de este gran hombre. Los libros de historia no muestran las acciones de uno de los más grandes embajadores mexicanos de la historia, junto a Genaro Estrada. “Un gigante moral de una ética inquebrantable” le llamó Liberman. A este gran héroe se le considera el Schindler mexicano, mas a Oskar Schindler podría considerársele el Bosques alemán.
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