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LAS COSAS QUE NOS INSPIRAN: Los tiempos de espera.

En la fila del banco, en la del súper, en la del cine y en cualquier otra fila que uno tenga que hacer para realizar las cosas del diario vivir, se quedan montones de momentos desperdiciados. A menos, claro, que se prefiera hacer algo con ellos. Por ejemplo: buscar inspiración.

Me parece que a nadie le gusta esperar, menos que lo hagan esperar, sin embargo, esto es inevitable: tarde o temprano, cualquiera puede ser víctima del horroroso momento de incertidumbre que genera la espera. ¿Pero que pasaría si se cambiara el enfoque?… Es decir, en vez de ver esos espacios como en los que parece que se pierde el tiempo, verlos como instantes de oportunidad.

¿Oportunidad para qué?… preguntarán los más impacientes. Pues precisamente para practicar la paciencia o para respirar. Sé que insisto mucho con  esto de respirar, de inhalar hondo y profundo, pero es que, de verdad, me parece que hay muchas, miles de personas en el mundo que no se dan cuenta de que respiran. Obviamente es un proceso automático, no necesitamos pensar para llevarlo a cabo, pero de vez en cuando es bueno tomar consciencia de ello, porque los seres humanos somos mucho más que cuerpos que cumplen funciones y papeles.

Los tiempos de espera pueden ser realmente inspiradores. Se puede tomar el sol dentro del coche mientras se espera a que abran la ferretería; apreciar el diseño del lugar y tomar algunas ideas mientras avanza la fila en el banco; hojear las revistas mientras avanza la del súper (¿quién no ha hecho esto alguna vez y se ha enterado de algo interesante?); se pueden traer a la mente pensamientos alegres, divertidos, para relajarse y bajarle un poquito al estrés del día; se puede pensar en el regalo ideal para sorprender a la pareja o al amigo en su próximo cumpleaños; se puede soñar despierto; respirar profundo; leerse la palma de la mano y augurarse un gran futuro. La lista puede ser tan amplia como tu imaginación.

Si quieres dejar de ser víctima, puedes empezar desde ahora, practicando con estos simples detalles. Que si alguien te deja esperando, tú estás aprovechando el tiempo para contemplarte en el espejo; que no dan respuesta pronta a tu solicitud de trabajo, tú estás enfocándote para encontrar el mejor; que el chico no te llama, sabes que a la vuelta de la esquina está quien te dará toda su atención.

Convierte esos tiempos en espacios luminosos, que llenen tu mente de alegría y que le den un buen puntapié al fastidio y al malhumor. Todo está en ti y en como quieras mirar las cosas.

Y a ti, ¿te inspiran los tiempos de espera?…

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