“Este güero, indio rayo, indio borrado que somos todos”, Luis Felipe Lomelí.
Con una narrativa ingeniosamente escalofriante, Lomelí nos recuerda que el Monterrey en el que vivimos no ha sido siempre así, ha sido mucho más que la violencia, que lo muertos, que el miedo, que la inseguridad, que la injusticia; Monterrey ha sido mucho más que carne asada y cerveza.
Indio borrado, último libro de Luis Felipe Lomelí, escritor mexicano a quien se le atribuye la responsabilidad de uno de los microrrelatos más breves, se cuestiona, y al mismo tiempo cuestiona al lector “¿por qué la ciudad que tanto queremos se ha ido al carajo?” Además hace una gran alusión al sueño regiomontano y como éste se ha perdido en manos de la violencia, la inseguridad y el miedo.
Con una narrativa vertiginosa, haciendo uso de relatos breves situados como pequeños capítulos que hacen la lectura más ágil y a la vez contundente, Lomelí, ganador del Premio Latinoamericano de Cuento “Edmundo Valadés”, 2004, expone a la luz el reclamo que las nuevas generaciones harán en un futuro a las viejas generaciones, por haber permitido que el sueño se acabara, por haberlos privado de esperanza y de ilusiones, al encerrarlos en sus casas por seguridad, en lugar de intentar recuperar la ciudad.
El Güero un niño de trece años, nos cuenta la historia de cómo se convierte en hombre, de cómo lucha para sobrevivir en un ambiente de constante violencia. La historia se desarrolla en la ciudad de Monterrey en el barrio Revolución Proletaria, un barrio a la orilla del olvido, a un lado de Alfonso Reyes. La historia se mueve de la misma manera en la que el Güero salta de azotea en azotea, tratando de huir y de trazar la vida que intenta proteger, arriesgándola al mismo tiempo. El Güero, que no solo cuenta su historia, cuenta la historia de Monterrey, Nuevo León, México y Latinoamérica, siendo él mismo todos los lugares que sufren, que se desprenden de su inocencia para poder sobrevivir.