“El escenario para publicar ha cambiado en Monterrey durante las últimas décadas”. Este fue uno de los comentarios más repetidos durante la presentación de la colección “Los Primerísimos” por parte de 27 Editores, este 13 de octubre.
Los ejemplares de la colección son reediciones de las obras debut de autores de la zona noreste de México. Serán tiradas de pocos ejemplares, firmados por el autor, objetos de colección.
Se trata del poemario “Del Coleccionista” de Eduardo Zambrano; la novela “El río, el pozo y otras fronteras” de Eduardo Antonio Parra y la compilación de cuentos “Esta y otras ciudades” de Patricia Laurent Kullick. Aunque aparecidas en diferentes años, estas obras remontan su publicación a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Hablan sobre el Huracán Gilberto y la inmigración.
Cada ejemplar incluye un prólogo por un escritor joven regiomontano. Rodrigo Guajardo hizo el prólogo de “Del coleccionista”; Fernanda Reinert el de “El río, el pozo y otras fronteras” y Sergio Tellez hizo el prólogo de “Esta y otras ciudades”.
Comentaron que se les encargó leer sus respectivas novelas como si estuviesen en el tiempo de su publicación, no como objetos de estudio. Abundaron los comentarios sobre el sentir que aquel obstáculo de tiempo no existía. Las obras se sentían modernas y el lenguaje no parecía de iniciado.
Las preocupaciones y temas de los autores ya estaban presentes; desintegración familiar en las historias de Laurent Kullick, la experiencia fronteriza en las palabras de Parra.
Un sentido de honrar inicios de gente que les influenciaría percutía entre sus reflexiones y en efecto fue este tema, el buscar crear un sentido de memoria entre las letras de la ciudad, otra de las razones dadas detrás de la colección.
Antonio Ramos Revillas, escritor y director de 27, moderó el evento para presentar la colección.
Empezó hablando sobre cómo nació la colección: un comentario amistoso en Terraza 27 sobre no poder encontrar estos mismos libros. Los textos forman parte de un tiempo en el que se creía que no existían escritores en la ciudad, se comentó. Eduardo Zambrano, quien estaba entre el público, recordó haber pasado un periodo de alrededor de cinco años entre la conclusión del poemario y su publicación.
Para finalizar, Zambrano fue invitado a revisitar los mismos poemas que había escrito hace más de 20 años. Empezando uno de las estrofas el poeta mencionó que sentía que aquel mismo poema se lo había dirigido a sí mismo a través del tiempo, con 20 años de adelanto. Parece ser que siempre habrá alguien que busque recordar los inicios, aunque en su momento no lo parezca.
Los primerísimos. 27 Editores.
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