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Alberto Ruy Sánchez, un escritor fuera de tiempo

 La gente piensa que yo estoy imaginando cosas

son realidades

presentadas de manera poética

ARS

 

La sensualidad de la escritura surge de reconocer las limitaciones, callarse y escuchar; es lo que afirma el autor Alberto Ruy Sánchez, en su última visita a Monterrey por motivo de la Feria Internacional del Libro el pasado 11 de octubre.

La obra que presentó se titula El quinteto de Mogador, editado meticulosamente por primera vez en España y cuenta con material inédito, algunas variaciones de las cinco obras que contiene: Los nombres del aire, En los labios del agua, Los jardines secretos de Mogador, La mano del fuego y Nueve veces el asombro.

El contenido incluido en esta colección, ha ido tomando vida a lo largo de casi tres décadas; en 1987 publicó Los nombres del aire y un año después gracias a esa novela, ganó el premio Xavier Villaurrutia y es la que introduce al quinteto en Mogador, lugar donde se encuentran todas las historias escritas, en los cuerpos de aquellos que perciben con mayor lucidez las caricias del lenguaje y ARS confiesa:

Desde el comienzo me di cuenta que era tan rico el material

tan interesante

y yo tenía tanto que aprender

que el libro tenía que ser varios libros

En el segundo apartado, En los labios del agua (1996), habla de nueve placeres secretos y solamente descifrables entre los amantes:

Primero, placer discreto, el rigor de seguir el ritmo de la mística, contención repetida. Segundo, la conciencia del cuerpo. Tercer placer, el cortejo, la seducción muda. Cuarto placer, de conocer a la otra persona por su cuerpo. Quinto, el abandono, en la música, en las manos de con quien se baila. Sexto: la transformación continua del propio cuerpo. Octavo: el placer de transportarse. Noveno: el placer sin nombre.

En Los jardines secretos de Mogador (2001) retrata lugares donde se crean y re-crean los amantes, está dividido en nueve bonsáis narrados con imágenes muy precisas, espacios construidos en la arquitectura tan franca, suave y arrebolada de la lírica de Ruy-Sánchez.

Le interesan todas las artes que tienen espiritualidad y cuerpo, por ello, su obra está íntimamente ligada a las caligrafías que acompañan el viaje del lector. Nueve veces el asombro (2005) tiene entre la brevedad de sus pasajes, una semántica que hace al lector, cambiar de hoja a la vez que le da cuerda a las emociones.

El sonido puede leerse en la piel de un bebé,

ellas (las parteras)               se tapan los oídos de los bebés que nacen muy escritos,

con piel dura y manchada.

Capítulo VI

De la piel, sus dictados y mutaciones

La mano de fuego (2007) es último texto del quinteto y es un tratado erótico que ruborizaría a cualquiera que no esté familiarizado con contenidos relativos al kamasutra. Tener estas cinco obras en un solo libro es un acierto para la literatura erótica en México. Alberto Ruy Sánchez se ha tomado su tiempo para hacer una obra de calidad, que va más allá de una novela. Es curioso que hasta ahora se le esté dando la difusión que merece su lectura. Él está en contra de la presión que la industria editorial y económica ejerce sobre los escritores, invitándolos a sacar libros casi cada año para vender más, él cree en la construcción de obras de calidad, como editor le interesan muy bien los cimientos en los que se sostendrá la obra y sabe que las páginas posibles se llevan su tiempo. Considera que el oficio de calígrafo es como una iniciación espiritual.

Yo soy un hombre lento, un hombre lento en la vida.

Alberto Ruy Sánchez en la FIL 2015 por Tu Vox Televisión y Diario Cultura MX