Dos de las principales amenazas que afectan la vida marina son el calentamiento global y la acidificación del océano, este último es causado por el aumento de las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono (CO2) en el mar, lo que provoca cambios en el pH (medida de la acidez) del agua, volviéndolo más ácido.
El problema de acidificación del océano ha cobrado interés por la comunidad científica internacional. Algunos estudios señalan que este fenómeno reduce la capacidad de calcificar de los organismos marinos como las algas coralinas.
No obstante, un trabajo realizado por los investigadores Román Manuel Vásquez Elizondo y Susana Enríquez Domínguez, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales Puerto Morelos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aporta nuevas evidencias.
“Nuestros colegas estaban aceptando la tesis de que el efecto de la acidificación del océano era mucho más grave y severo en la perturbación de la fisiología de las algas coralinas que el calentamiento global. Nosotros encontramos que no es así, el calentamiento global ejerce un impacto más fuerte sobre esta fisiología”, explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt Susana Enríquez, especialista en fisiología vegetal y biología marina.
Las algas rojas coralinas, explicó Enríquez Domínguez, son muy sensibles al calentamiento global y se ven pronto afectadas con una grave pérdida de funcionalidad y de biomasa.
“Hemos demostrado que es de forma similar a lo que ocurre en los corales, cuando aumenta la temperatura del agua se incrementa también el daño que la luz ejerce sobre su fisiología fotosintética y, como consecuencia, dejan también de calcificar y de producir su esqueleto de carbonato de calcio”, expresó.
Las algas coralinas juegan un papel trascendental en los procesos de cementación del arrecife de coral, pues permiten que los restos sueltos de los corales se fijen a la estructura compacta de la montaña submarina, conocida como arrecife de coral, destacó la especialista.
Así entonces, la investigación —que forma parte de la tesis doctoral de Vásquez Elizondo— tuvo como objetivo entender la respuesta de tres especies de algas coralinas (Neogoniolithon, Lithothamnion y Amphiroa tribulus) al incremento de la temperatura y a la reducción del pH que se produce en el océano como consecuencia de la disolución en el agua del mar del exceso de dióxido de carbono en la atmósfera.
“Tenemos un sistema de acuario en el que somos capaces de reproducir y mantener constante la temperatura y el pH del agua. Utilizamos las condiciones actuales del pH y de temperatura del agua del arrecife, y también incrementamos la temperatura y disminuimos el pH simulando las condiciones que se espera se van a producir. Quisimos ver cuál es el efecto directo de cada estrés y si el efecto combinado generaba un daño mayor. Hemos propuesto un modelo fisiológico que permite comprender la diversidad de respuestas que se han documentado para las algas coralinas, en un modelo común. Este modelo explica por qué unas especies muestran una mayor pérdida de capacidad de calcificar que otras frente al mismo cambio ambiental”, detalló.
A decir de la especialista, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), los resultados del proyecto, recientemente publicados en la revista Scientific Reports, muestran que la vulnerabilidad de las algas coralinas al cambio global está principalmente relacionada con su alta sensibilidad al estrés lumínico en condiciones de elevada temperatura.
Con información de Conacyt.