Este martes el gobierno de Siria y un importante comité que reúne a varias facciones de la oposición y grupos rebeldes anunciaron que aceptan un cese del fuego propuesto por Estados Unidos y Rusia y que la comunidad internacional espera que permita regresar a la mesa de negociaciones en Ginebra para poner fin a la guerra. Esto, por supuesto, tiene sus condiciones.
El anuncio de produjo horas después de que Washington y Moscú acordaron un nuevo alto del fuego para Siria que entrará en vigor el sábado. El gobierno sirio dijo que aceptó interrumpir las “operaciones de combate” que no incluyan al grupo Estado Islámico, el frente Al Nusra vinculado a Al Qaeda, o a otros relacionados con él, en línea con un plan establecido por Rusia y Estados Unidos. El gobierno aceptó coordinarse con Rusia para decidir qué grupos y áreas deben ser incluidos en el plan de “cese a las hostilidades” que entraría en vigor el sábado.
En un comunicado, el gobierno destacó la importancia de cerrar las fronteras y poner fin al apoyo externo a grupos armados e “impedir que estas organizaciones fortalezcan sus capacidades o cambien sus posiciones, a fin de evitar algo que pueda llevar a destruir el acuerdo”.
Además anunció que acepta poner fin a las operaciones de combate sobre la base de continuar los esfuerzos militares para combatir el terrorismo contra Daesh, el Frente Nusra, y las otras organizaciones terroristas vinculadas a él y al grupo Al Qaeda.
El Ejército sirio se reserva el derecho a “responder a cualquier violación por parte de estos grupos contra ciudadanos sirios o sus fuerzas armadas”, agregó el comunicado.
Desde el comienzo en 2011 de la guerra en Siria, que ha dejado más de 260 mil muertos, el gobierno no hace ninguna distinción entre los activistas, rebeldes y yihadistas, y los considera a todos “terroristas”. El principal grupo de la oposición siria, el Alto Comité de Negociaciones (HCN), anunció el lunes que acepta el cese de hostilidades a condición de que se respete la resolución 2254 de la ONU, adoptada en diciembre, que incluye la entrega de ayuda humanitaria y el acceso a las zonas asediadas.
Con información de La Jornada.
