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Breves de Arte: Pintura del Realismo

 

El Realismo emergió en Francia a mediados del siglo XIX, logrando que en Europa otros movimientos se identificaran con la corriente. La decepción por los fracasos revolucionarios hizo que el arte abandonara los temas políticos y se concentrara en temas sociales. La burguesía se implantó como clase dominante, mientras que la industrialización determinó la desaparición del artesanado y la formación de una población obrera acumulada en los centros urbanos. Las condiciones económicas sufrieron una alteración profunda, originando problemas sociales como el trabajo de niños y mujeres, largas jornadas laborales y viviendas insalubres.

Los artistas compartieron una estética basada en la representación directa de la realidad. El compromiso con las clases bajas y los movimientos políticos de izquierda marcó su sensibilidad social e ideológica, Defendían una pintura sin argumento, una captación simple de la realidad, en la que lo fundamental era la forma en que se representaba la imagen y no su desarrollo narrativo. El hombre era representado en sus tareas normales y el tema de la fatiga se convirtió en motivo de inspiración.

Los realistas intentaban plasmar objetivamente la realidad de la vida diaria, valiéndose de la belleza que ésta proporcionaba, sin admitir la preconcebida o idealizada. Para ellos, cada ser u objeto tenía su belleza peculiar y debían descubrirla.

El principal representante fue su fundador, Gustave Courbet, quien eligió temas y personajes de la vida cotidiana, sin caer en lo decorativo, reivindicando la honestidad y capacidad de sacrificio del proletariado, plasmándolos en ocasiones en grandes formatos, que hasta entonces se reservaban para temas religiosos, históricos, mitológicos y retratos de las clases altas; posteriormente se identificaron con el movimiento Honoré Daumier, que manejaba una ingeniosa interpretación de acontecimientos y modos de vida; Jean-François Millet, que expresaba en sus escenas la inocencia del hombre campesino en contraposición a la degradación que acompañaba al ciudadano inmerso en la sociedad industrial; y Jules Breton, cuyas pinturas estaban fuertemente influidas por el campo francés, en las que supo encontrar la belleza del mundo rural.

La próxima vez que veas una obra Realista piensa en esto: ¿Te parece que denuncia un problema social? ¿Encuentras elementos de belleza en su realidad? ¿La forma denota el trabajo arduo o las condiciones difíciles de vida?

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