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Breves de Arte: Pintura Simbolista

 

El Simbolismo se originó en Francia en la década de 1880, el término fue utilizado en 1886 por el poeta Jean Moréas, y aplicado posteriormente en la pintura debido a la semejanza de sus intenciones. La búsqueda interior se convirtió en un factor importante del movimiento, apoyado  en la revelación de Freud acerca de la vida de los sueños y la existencia de una parte irracional en lo humano.

Los artistas buscaron nuevos valores basados en lo espiritual ante su disgusto por la incapacidad de la sociedad para resolver problemas políticos, morales e intelectuales. Deseaban crear una pintura no sujeta a la realidad de su momento, ya que rechazaban lo que traía consigo la vida diaria, la aglomeración, la actividad industrial y la degradación. Trataban de analizar el yo y exteriorizar una idea. Sentían la necesidad de expresar una realidad distinta a lo tangible tendiendo hacia la espiritualidad. Buscaban establecer una correspondencia entre los objetos y las sensaciones, el misterio y el ocultismo. El símbolo se convirtió en su instrumento de comunicación a través de figuras que trascendían lo material y eran signos de mundos ideales y raros derivados de sus sueños y fantasías.

El Simbolismo resaltó el sentido onírico de lo sobrenatural a través de colores fuertes o pasteles difuminados, formas que trascienden la apariencia física del objeto, trayendo consigo un interés especial por la religión. El símbolo se propuso como medio de expresión del estado de ánimo, de las emociones y de las ideas, teniendo una aportación individual tanto para el pintor como para el espectador. No había una lectura única, sino que cada obra podía remitir cosas distintas a cada persona. En cuanto a la temática, destacó la mujer fatal como novedad, y de la unión entre el Eros y el Thanatos surgió una nueva relación entre sexos.

Los precursores fueron Gustave Moreau, quien se caracterizaba por un lenguaje formal de riqueza ornamental y cromática, así como por ser un narrador de sueños y extrañas visiones pobladas con adolescentes andróginos, mujeres fascinantes y perversas, y personajes extraídos de la Historia Sagrada que se convierten en seres humanos o mitos clásicos; Puvis de Chavannes, quien plasmó ideas dentro del equilibrio y la calma, sobretodo en grandes murales para edificios públicos; y Odilon Redon, quien se interesó por el inconsciente, lo onírico y lo fantástico, y cuya obra se puede dividir en dos partes, una en blanco y negro y otra en color.

Cuando te encuentres con una obra Simbolista piensa en esto: ¿Qué interpretas más allá de lo que ves? ¿Qué símbolos encuentras? ¿Qué elementos te dan la sensación onírica o misteriosa?

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