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Breves de Arte: Pintura Órfica

 

El Orfismo o Cubismo Órfico surgió en Francia en 1912, fue una tendencia colorista y abstracta del cubismo que exaltaba el color y la luz. El término fue aplicado por el poeta Guillaume Apollinaire, relacionándolo con Orfeo, el personaje de la mitología griega que conjugaba la música y la poesía, y que representaría el poder del artista para crear nuevas estructuras y armonías de color en un proceso innovador que combinaba para formar una experiencia sensorial.

Los artistas buscaban pintar conjuntos nuevos con elementos creados por ellos mismos a los que dotaban de una poderosa realidad, dándole importancia a la expresión así como a la sensación. Al inicio sus temas eran reconocibles, pero progresaron hacia estructuras cada vez más abstractas. Su objetivo era prescindir de la materia reconocible y depender de la forma y el color para comunicar un significado.

El Orfismo se caracterizaba por la exaltación del color puro como forma y tema, la falta de identificación del espacio pictórico y la sustitución gradual de imágenes de la naturaleza por formas luminosas de color.

Este movimiento fue iniciado por Robert Delaunay, quien se centró en las formas circulares y los colores brillantes, y de cuya obra destaca la producción sobre la Torre Eiffel, así como la que basó en el ritmo inspirándose en eventos deportivos; su esposa, Sonia Delaunay, que relanzó el uso del color en la fase monocromática del cubismo y extendió su trabajo al diseño textil; y František Kupka, cuyas obras surgieron de una base de realismo pero evolucionaron hasta el arte abstracto puro, y quien interesado en la teoría del color, desarrolló su propia rueda que lo llevaría a ejecutar una serie de cuadros que llamó “Discos de Newton”.

La próxima vez que veas una obra Órfica piensa en esto: ¿Qué sensación te produce? ¿Reconoces las formas? ¿Encuentras la diferencia en relación a las obras cubistas?

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