La mariguana, también conocida como la cannabis, es una realidad. Se le debe de afrontar no como un tabú, sino como una planta beneficiosa para la salud.
Presentado el 22 de octubre en la Feria Internacional del Libro en Monterrey, Mariguana y Salud es un libro que toca el tema, la mayoría de las veces considerado tabú, de la cannabis. Publicado por el Fondo de Cultura Económica, se trata de un trabajo grupal escrito por doctores como Rodolfo Rodríguez Carranza, Óscar García, Juan Ramón de la Fuente y Gady Zabicki, este último junto con el psiquiatra José Castillo explicaron las investigaciones que llevaron a las conclusiones halladas en el libro.
Una de ellas, que el usuario promedio que consume mariguana puede ser también una persona que cumple todos los requerimientos y obligaciones cotidianas, como podría hacerlo cualquiera que no utiliza de esta droga. No se puede prohibir el consumo de mariguana porque es decisión de cada individuo, por lo que Zabicki aboga por una concientización y no una prohibición.
“Una proporción pequeña (de los consumidores de la cannabis) llegará a presentar un coágulo de dependencia” indica Zabicki, además explica que, según estadísticas y datos recopilados en su libro, no ha habido ninguna muerte provocada por el empleo de esta planta aunque reconoce que cierta parte de la población puede sufrir efectos negativos por su consumo, entre los que incluyó a pacientes con trastornos mentales similares a la esquizofrenia y personas menores de 21 años.
Sin embargo, el acontecimiento de la pequeña Grace, niña mexicana que tiene permitido el empleo de la cannabis de manera medicinal, fue uno de los puntos fuertes en su conferencia, pues esta planta es muy beneficiosa para detener el dolor, como lo es también para la lucha contra el cáncer y los malestares causados por la quimioterapia.
Gady Zabicki opina que México es un país preparado para tomar su propia decisión en el uso de la mariguana, sin importar los intereses ajenos o las presiones de países extranjeros en su probable legalización, puesto que ésto no significa una liberalización sino un consumo responsable como en la actualidad sucede con el alcohol y cuyas consecuencias son mucho peores que el consumo de la cannabis.