La Nueva Objetividad o también llamada Neue Sachlichkeit surgió en Alemania hacia 1925, el término fue acuñado por el crítico Gustav Friedrich Hartlaub y se refiere al movimiento que se opuso al Expresionismo, distinguiéndose por la objetividad con la que los artistas se expresaban a sí mismos, y que llegaría a su fin en 1933 con la caída de la República de Weimar, marcada por el desempleo y el hambre, y en la que los valores eran cuestionados; así como con la toma del poder de los nazis, quienes confiscaron y destruyeron gran parte de la obra, además de prohibir a muchos artistas exponer por considerarlo un arte degenerado.
Los artistas deseaban representar lo real sin adornos, rechazaban el idealismo romántico, utilizaban el arte como un arma, entre el juicio y la protesta mostraban a la sociedad enferma y corrompida de la posguerra, estas preocupaciones muchas veces llevaban a las obras al límite de la caricatura.
La obra de la nueva objetividad se caracterizaba por ser estática, obvia y enigmática, por mostrar objetos simples y explicativos que gozaban de una limpieza armónica, finas capas suaves de colores fríos, el manejo principalmente del retrato y autorretrato con fisonomías simples o tendiendo a la caricatura.
Esta corriente artística comprendía dos tendencias, que a su manera, mostraban la misma voluntad de volver a lo real y a lo cotidiano:
La Clasicista,
La próxima vez que veas una obra de la Nueva Objetividad piensa en esto: ¿Qué te dice la realidad que el artista proyectó? ¿Encuentras en ella la aspereza de la sátira Verista o el orden armonioso Clasicista? ¿Tiende a la caricatura?
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