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Breves de Arte: Pintura Muralista Mexicana

 

El Muralismo Mexicano fue un movimiento iniciado alrededor de 1921 por un grupo de artistas intelectuales que trataba de extender la transformación que surgía a partir de la Revolución Mexicana al ámbito social, político y económico, participando así en la construcción de una nueva identidad nacional.

Los artistas buscaban consolidar los ideales sociales creados en la revolución, destacando el nacionalismo dentro de su arte, además de cambiar las ideas raciales contra los indígenas que se habían gestado durante el periodo colonial.

El Muralismo plasmaba aspectos socio-políticos en formatos de gran tamaño trabajados sobre superficies de hormigón o fachadas de edificios, dando gran importancia a la temática folklórica e indigenista que se centraba en las clases desfavorecidas, dotándola de expresividad y destacando su cultura así como la enseñanza de su historia, trató también problemas de relevancia social y pensamientos sobre la política de izquierda, provocando una concientización en la sociedad y dándole utilidad a su arte.

Sus máximos exponentes fueron los llamados “tres grandes”: Diego Rivera, cuya obra recreó la cultura prehispánica con un carácter populista, y autor de un polémico mural encargado por Nelson Rockefeller que fue destruido ante su negativa de modificar la representación del socialismo y el capitalismo con la figura de Lenin al centro, pero que logró recrear en México bajo el nombre de “El hombre controlador del universo”; David Alfaro Siqueiros, quien plasmó temas revolucionarios y sociales de una manera esquemática, con figuras dinámicas, llenas de color y emociones intensas que buscaban inspirar a las clases bajas; José Clemente Orozco, que creaba con un estilo narrativo dentro de la más estricta orientación mexicanista y que retrataba la condición humana de forma apolítica, interesándose más en los valores universales que en los nacionales, conisguiendo comunicar con sus imágenes la capacidad del hombre de controlar su destino y su libertad ante los efectos determinantes de la historia, la religión y la tecnología. Así como Rufino Tamayo, cuyo trabajo se caracterizó por una integración plástica de la herencia precolombina autóctona, la experimentación y las nuevas tendencias pictóricas que revolucionaban los ambientes artísticos europeos a comienzos de siglo.

Cuando te encuentres con una obra Muralista piensa en esto: ¿Encuentras un tema indigenista o político? ¿Qué te revela la obra? ¿Notas la expresividad en ella?

Acércate al arte, conoce, reflexiona y comparte.