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¿Por qué escribir?

Con la formulación de la pregunta inicial, considero responderla y dedicarme sólo a revisar las razones, las cuales considero pertinentes comentarlas en esta columna.

Al mismo tiempo, he pensado en que esta pregunta implica otras como: ¿para qué escribo?, ¿para quién escribo?, ¿qué ofrezco como escritor al mundo? El sólo hecho de escribir este comentario es un indicador de una pre-ocupación de mi oficio como escritor.

Para comenzar, escribir implica un compromiso personal. Pero escribir no proviene del compromiso de escritor, sino del compromiso que una persona pone como objetivo hacia la consolidación de un fin. Antes del escritor está la persona; no lo olvidemos. Por tanto, considero hacer énfasis, en primera instancia, en la ética del escritor, la cual se une a su compromiso, que debe estar completamente arraigado a su personalidad.

Borges, en su famoso prólogo al poemario El oro de los tigres, dice:

“Para un verdadero poeta, cada momento de la vida, cada hecho, debería ser poético, ya que profundamente lo es. Que yo sepa, nadie ha alcanzado hasta hoy esa alta vigilia.”

Cada instante es poético, en otras palabras, pero esto es en dependencia del poeta y de la persona que escribe. El escritor argentino es muy puntual al cerrar la máxima, pues deja claro que nadie ha alcanzado tal situación; sin embargo, agrego a su comentario el compromiso de escribir. Es entonces cuando viene a colación la pregunta “¿Por qué escribir”.

Para efecto inmediato, lo primero que diré es por hedonismo. Sea a través de la narración o la alta esfera de la poesía, o mediante un ensayo o reseña -así como otros géneros- escribir debe ser un placer. Quienquiera que seas, no escribas por sentirte comprometido sino por estar comprometido con tu escritura. Cuando surge la traba o el bloqueo mental, deja de escribir y no te concentres; al contrario, piensa en qué escribirías a través del bombeo mental del corazón(quiero llamar así como una forma de honra poética).

Lo anterior quizá suena a un mal consejo, sobre todo si tú, lector, no estás comprometido. Recuerda que el mejor monasterio es el que hace el monje mediante sus costumbres. Por tanto, escribe con ética, escribe comprometido y, para terminar, no temas a la crítica, pues siempre existirá.

¿Por qué escribir? Agrego otra razón: porque somos humanos y deseamos manifestar, estética o comunicativamente, lo que sucede en nuestro entorno colectivo e individual.