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Ecos de Atenea Cruz

Ecos de Atenea Cruz

Si somos sensibles a los escalofríos que nos pueden crear las escenas de terror, este libro, en definitiva, no es para nosotros. Simplemente no lo es porque desde el primer capítulo, la primera escena, nos coloca los pelos de punta y no hace preguntarnos si llegaremos al vértigo al final del texto. Desde el inicio nos encaja agujas en el corazón, en el rostro, en la piel, en los recuerdos. Hace que un miedo despierte, algo tan anclado al pasado, a nuestra niñez, que será imposible de olvida.

Esta es la historia de Celia, Bruno, Raúl y la respectiva suegra. Cada uno de los personajes tiene su propia voz, su personalidad y móviles para hacer cada una de las acciones que narran en Ecos de Atenea Cruz.

Todo inicia desde un lugar en la sierra, una casa cerca de un lago y una familia atiborrada de odio, coraje, una suerte de desesperanza. Raúl es un soldado que de cuando en cuando tiene que abandonar el hogar para ir a las campañas, lo que, poco a poco, trastoca la lucidez de Celia, ¿hasta dónde será capaz de ella esta ex-cirquera con tal de encontrar el silencio para al fin dormir por las noches?, ¿en cuánto tiempo el insomnio nos llevará a la locura?

Entonces partimos en un viaje de terror. Un camino donde la muerte y la sangre prevalecerán. Atenea Cruz, quien aún habita entre la camada de jóvenes escritores de México, nos hace preguntarnos si en realidad no es ella misma quien lleva a su hijo en brazos para sumergirlo en el lago.

“Morir es fácil, lo complicado es vivir rodeado de fantasmas”, nos dice Atenea, como si nos susurrara desde la experiencia, desde la realidad que ella misma encarna.

Con cada página vamos descubriendo el terror y la locura que puede pesar en una madre que no ha dormido en meses, y el llanto del hijo, allá lejano, pero al mismo tiempo punzando la piel, nos invita a revivirlo y encontrar la mejor forma que tranquilizar los berridos de un recién nacido.

“Uno nunca sabe de lo que es capaz hasta que mata a una persona”, asevera la autora, incrustando más miedo y más terror en cada línea.

Aquí habitan los fantasmas, cada quien puede ver el suyo, incluso tienen las formas y maneras para encontrarnos y hacernos pugnar por aquello que aún llevan a cuestas, ¿por qué no nos abandonan?, ¿por qué no se largan de una vez y nos dejan vivir en la tierra de los vivos?, ¿por qué se empeñan en aparecer continuamente para torturarnos con escenas que deseamos olvidar?

Con este tipo de textos, Tierra Adentro nos muestra una vez que la apuesta a la literatura de calidad y de vanguardia es su sello característico, ¿qué otras historias encontraremos en su catálogo?, tal vez alguna novela negra, algo de ciencia ficción y, por qué no, cientos de apuestas de jóvenes narradores, ensayistas y poetas.