Buscando darle simetría al resto del edificio, el 9 de enero de 1854 se consideró “necesario la destrucción de las paredes que existen por la parte del Sur en la pieza que se está construyendo y por razón de utilidad y conveniencia hacer más piezas que las fabricadas al Norte hasta igualar esta línea”. El resto del año no hay más arreglos al edificio. El año siguiente sucede lo mismo, apenas arreglos menores, como la hechura nueve varas tres cuartos de caños para los portales del Palacio. Si a Papias Anguiano se le debe la fachada principal del Palacio Municipal, debe mencionarse que fue un tanto irregular en su trabajo, lo mismo sucedió cuando estaba encargado de los empedrados en febrero de 1857, siendo dado de baja como director por el presidente de la comisión de obras públicas “porque no hacía nada y por no creerlo tan capaz como a don Antonio Lanfranco, a quien pro-pone se nombre para que lo sustituya”. Agregando que “se la ha confiado al preso Pozuelos que es algo inteligente, ofreciéndole por ello dos reales por el día que trabaje”. En los documentos se observa un largo periodo donde el inmueble deja de ser intervenido, no son mencionados ni siquiera arreglos menores. Existe una fotografía que se presume podría ser de 1867,290 difícil precisarlo, pero lo valioso del documento reside en que apenas es visible la planta baja con unas puertas a la calle por el lado Sur del Palacio Municipal. No se advierte modificación alguna más que lo mencionado.
Este largo periodo se rompe en enero de 1872, cuando se retomaron las reformas del edificio. Ciudadanos Capitulares= Habiendo cambiado la prisión la Cárcel nueva que está en obra, hemos creído los que suscribimos que deben utilizarse los bajos de este palacio en tiendas amplias y cómodas, y para esto es indispensable hacer las reformas siguientes: Abriremos arcos al sur y norte del edificio, para que tenga portaleria por los cuatro lados, pudiendo servir estos para un pequeño Parián que tanto se necesita en este centro tan poblado de la Ciudad: cimentar bien el edificio, nivelar algunos techos, convertir en tiendas las piezas que ahora sirvan de calabozos, para que en todo tiempo pueda continuarse la obra sin ningún obstáculo: abrir las puertas de, dichas tiendas una en frente de cada arco de la, portaleria, trabajo indispensable para la simetría, vista y sujetar el edificio las reglas de arquitectura y trazar las escaleras en los puntos donde deben estar, por estar incapaz la que sirve provisional-mente.291Se autorizó la modificación de los bajos del Sur y Norte. Los trabajos comenzaron y llegaron al punto de faltar el techado de las piezas del Sur. En septiembre de 1877 se blanquearon las piezas bajas del Palacio y se terraplenaron “algunas partes de los suelos de los portales, aunque sea con tierra de corte de sillar”. Por otra parte, se manifestó el ciudadano Juan B. González contra “la existencia de meaderos en el patio de este palacio”, propuso la compra de “una tina y colocarla en uno de los cuartos de la escalera en que puedan satisfacerse las necesidades particulares y mandar destruir aquellos multando a los que lo hagan en el patio referido”.
Al mismo tiempo se prohibió la entrada de los caballos al patio. Ninguna de las dos se obedeció, pues tres años después se reiteraban las prohibiciones. Primera. No se permitirá bajo motivo ni pretexto alguno, que empleados ó particulares de la categoría que fueren, introduzcan al patio de este Palacio Municipal, caballos ni otros animales. Segunda.- Se prohíbe igualmente orinarse en el patio antes indicado, bajo la multa de cinco pesos, para evitar los males que produce en las paredes.