El miércoles 14 de marzo de 2018 se presentó el libro “Viejas Brujas II. Congregación de Poetas” en el Café Literario del Colegio Civil Centro Cultural Universitario, en el marco de la UANLeer 2018. Presentaron los escritores Adriana Cisneros Garza, Carmen Domínguez Flores, Sandra Galina Fabela Poblano (que nos visitó desde Puebla) y su servidor, Fernando Arturo Galaviz Yeverino. A continuación les comparto la reseña que elaboré y leí en la presentación.
Los cuatro elementos se abren y resplandecen en esta conjura de 60 voces de 8 países, una amalgama poética que forma Viejas Brujas II Congregación de poetas editado por Aquelarre Editoras, una editorial artesanal independiente fundada en 2014 y donde apuestan por la poesía y la libertad en las letras. Dicha editorial desarrolla antologías, plaquettes, poemarios y novela corta; es dirigida por Athena Fénix, locutora, poeta, editora y tarotista nacida en la ciudad de México pero radicando en Cuernavaca, Morelos. En esta obra están integrados poemas de las escritoras regiomontanas Adriana Cisneros Garza, Carmen Domínguez Flores y Nora Lizeth Castillo Aguirre.
Viejas Brujas II Congregación de poetas es un libro que impresiona por su acabado minucioso, destacando bellas ilustraciones a color tanto en su portada como en sus interiores.
Esta antología poética juega con el concepto de los cuatro elementos, que constituyen las partes medulares del libro, desplegándose un grupo de poetas que tejen sus imaginarios alrededor de un elemento, mediante recursos bien logrados e intensas imágenes poéticas. El epílogo destaca los significados filosóficos/místicos que Elphas Levi establece en los cuatro elementos, donde la tierra corresponde al cuerpo, el agua a las emociones, el fuego a la razón, y el viento al espíritu.
América Zapata logra un arranque bien potente con su poema Triquel, aquí sus versos iniciales:
Crecí árbol / mi cuerpo eran diminutas / selvas, que nacían de mi cetro / en el capullo inasible / donde inician todos los oráculos.
Destacan evocaciones espectrales como estos versos del poema La casa de Carmen Mateu:
El llanto de la madre / los furiosos castigos / No ha quedado nada / los fantasmas se han ido / y los muertos alcanzaron cada uno su sitio / se fueron de la casa/ repleta de sonidos […] Las noches tienen alas y sueños pedidos.
También encontramos inquietantes diálogos de elementos amorosos con elementos gramáticos, en los versos de Tipo[gráfico] de Celeste Alba Iris
Quisiera ser del tamaño de los adjetivos con los que me transcribe / para amarle sin corchetes / amarle a / renglón seguido
El lector encontrará los versos deliciosos y breves del poema Tejer de Elizabeth Molver que al recitarlos son una melodía para los oídos:
Tejer la noche / con finos hilos / con gruesas lanas / tejer la nada / tejer los sueños / con hilos sedos / con brillos vuelos / de la mañana / tejer misterios….
En Viejas Brujas II Congregación de poetas, el lector caminará por veredas de niebla, misteriosos jardines, y rondará por lugares de mágicas pausas, como los evocados por los haiku de Laura Victoria Gallego:
Camino en silencio, / crujen hojas / Secas.
Verde grillo / verde hoja / chirridos entre verdes.
Cabe indicar que los haiku se originan y cultivan en Japón y sus brevísimos versos hacen referencia especialmente a elementos o aspectos de la naturaleza. Regularmente tiene la norma de construirse en tres versos sin rima, de 5, 7 y 5 sílabas.
En la antología, encontramos también, imágenes explícitas en los versos de Luisa González que no dejarán de palpitar:
Lleva siglos recluido en mi pecho / corazón hembra / mujer cardiaca / niña de arterias / que se atan y desatan.
Angélica Hoyos Guzmán con su prosa poética Marieta es muy directa en sus descripciones:
…la habitación está inundada de silencio, absoluto, sacro y alegórico […] Acerca bien la vela a mi rostro, soy esta vieja que habla con las montañas, que regresa a las cuevas con la cara limpia de tristezas que te ve ahora lleno de cenizas y de ausencias y sopla con humo de tabaco para liberarnos, para quedar nuevos.
Silvia María Madero en su poema Desaparecidos tiene unos versos casi salidos de las tinieblas:
Somos el tierno monstruo de pálida sonrisa / El vampiro del pueblo que conoce los sueños de / todas las mujeres / El grito seco del que apenas mueve los labios.
Fernanda Jacobo no deja lugar a dudas cuando define poéticamente a las brujas:
Somos camuflaje puro, camaleónicas, brujas ponderadas a tu servicio cruel. Porque somos bestias, instintivas, amorfas de razón, tragonas de pies y manos, titiriteras, partecorazones.
Y por si fuera poco, Daniela Birt se inmola poéticamente como Juana de Arco, en su Cántico en tres partes:
Abrasada entre mi propia / leña verde / descubriré una libertad / que no te concierne.
Esto sólo es una probadita de las sesenta voces que el lector disfrutará en esta pócima poética calentada en este caldero por Viejas Brujas que reclaman poesía en este mundo de ausencias y déficit de magia.
