Título: “Corredores” – Técnica: tinta china sobre papel – Medidas: 60 x 24 cm – Año: 2018 – Autor: Alfonso Delgadillo
Un escenario pequeño daba la impresión de un teatro en ese salón bar. El telón era rojo y negro con luces que parpadeaban. En la barra, la configuración de la vestimenta que tenían los meseros era como de arlequín.
Atendían con perfecta sincronía: sus movimientos tenían la química de los fantasmas. Fau Lulú y Quique Huayhott platicaban en sobremesa algunos chistes que se les ocurrían. “Jav, si el no veros del no soporto es un acertijo, ¿fufurufo forofismo fue un futuro que no fue fumado?”.
Jav Halifal, mientras tanto, permanecía sentado en el sofá observando el ambiente. El humor de cigarrillo en un cuarto encerrado se incrementaba a medida de los minutos. El piso estaba tapizado de cuadros bianconeros en tanto que la atmósfera cobraba el color de un cielo platinado en octubre.
Se abrió la puerta de un azotón. Una muchacha apareció en el umbral. Tenía un aspecto de desaliño. Su cabello rondaba hasta la cintura. Se acercó a la barra y le preguntó al mesero:
ꟷ¿Qué tipo de música tocan aquí?
ꟷPues de todo… nosotros ponemos la música o si la gente pide algo lo ponemos en el YouTube ꟷsoltó el mesero acentuando “tubé”.
Quique Huayhott, mientras bebía la cerveza echándole limón y agua mineral, contó una historia cuando fue a ese mismo bar con Casablancas. Se trataba de una referencia cinematográfica: Macumba -el lugar en donde estaban- parecía una escena de David Lynch. Jav Halifal le preguntó al instante si había visto la movie de Mulholland Drive, del mismo director. Su amigo le respondió negativamente. En ese instante, una cortinilla que estaba junto al escenario dejó entrever por una rendija que en el fondo había más personas y cuyo vociferío llamaba la atención de Jav. Tanta fue su curiosidad que decidió mirar: en una mampara se observaba un pertinaz letrero, el cual decía: “La escuela del sueño”. Y abajo, un balazo, con la advertencia siguiente: “Entre si está seguro de comenzar el viaje”.