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Presentación del libro “Voces del barrio de San Luisito” del doctor Galaviz Cruz Isaac F.  (1917-2007)

El domingo 14 de octubre de 2018 se realizó la presentación del libro “Voces del barrio de San Luisito” del doctor y escritor regiomontano Galaviz Cruz Isaac F.  (1917-2007) , compilado por su servidor y editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León; la presentación se realizón en el marco de la XXVIII Feria Internacional del libro Monterrey 2018. Presentaron mi prima Betty Galaviz, Dolores Hernández, Bernardo Chapa y su servidor Fernando Galaviz. La escritora e hija del doctor, Betty Galaviz, nos comparte su presentación:

VOCES DEL BARRIO DE LA MEMORIA

Galaviz Cruz Isaac F. como le gustaba firmar sus libros, fue un hombre completo, un observador, un estudioso, un investigador, pero sobre todo,  fue un romántico y apasionado coleccionista de vivencias que siempre mantuvo guardadas herméticamente en su orbe de silencio. De muy pocas palabras pero de inteligencia aguda e inquieta, vivía hambriento de saber, de aprender, quería comerse a grandes mordiscos cuanto le parecía interesante de este mundo. Desde muy niño, trabajó en infinidad de labores desde las más humildes como la venta callejera de dulces, reparación de zapatos,  en una imprenta, en un taller mecánico y muchas más. Se forjó a sí mismo y  se hizo médico por pura terquedad, por demostrarle a su padre y a sí mismo que podía hacerlo y lo hizo.

Hijo de Dorotea Cruz Enríquez, una humilde cocinera que crió sola a Isaac junto con sus hermanas María y Guadalupe, no tuvo los medios económicos para casi nada.  Estudió la primaria abreviada y a pedacitos ya casi adolescente mientras al mismo tiempo trabajaba aquí y allá. Estudió medicina siendo ya un adulto y obtuvo su título ya casado.  Su amada esposa, Alicia Ramírez Mena, con quien duró 49 años de feliz matrimonio, fue su gran soporte y apoyo y con ella procreó a sus dos hijas, Bertha Alicia y Ana Maricela Galaviz Ramírez.

Durante su juventud, Isaac vivió intensamente una de sus más grandes pasiones, el excursionismo, perteneció al Club Cóndor y fue uno de los dos fundadores de la Liga Autónoma de Socorro Excursionista del Norte, que hoy día aún sigue en función y de la que se sintió orgulloso toda su vida.

Isaac Galaviz tenía otra pasión, él escribió poesía desde siempre y durante años recopiló en una colección elaborada en una antigua máquina de escribir y rústicamente engargolados una enorme cantidad de poemas.  Los reproducía en una vieja fotocopiadora y los obsequiaba a amigos y familiares.  Ese abultado volumen, lo tituló Romances. Este compendio, se convirtió muchos años después en un par de poemarios que se publicaron con el título de Romances I y II, en la Sala Gabriel Figueroa en la Casa de la Cultura de esta Ciudad en el año 2002. Más adelante continuaría escribiendo y publicando varios libros de poesía como Sol de Espuma, ente otros.  Acostumbraba regalar sus versos a personas queridas en sus cumpleaños o simplemente porque su inspiración así lo requería. Escribió durante su época laboral que fue muy larga hasta su jubilación a los 89 años de edad, una serie interminable de libros y tratados sobre la contaminación ambiental y otros temas relacionados.  Hizo traducciones sin haber asistido nunca a clases de inglés y  fue ya a los casi 80 años, que la narrativa salió por fin de su ostra interna y llegó a su teclado.  Me honra contarles que el detonador fui yo. Simplemente una tarde le dije: Papá, en realidad casi nunca nos platicas de tu infancia, de tu vida, es bastante poco lo que sabemos de ti.  Por qué no escribes tu biografía o algo que  nos dé una idea de tus antepasados y de tu vida.

Y desde ahí, papá se volvió imparable.  Escribió crónica, relatos y todo lo que quiso todos los días el resto de su vida hasta que el cáncer le arrebató la posibilidad de hacerlo.  El 24 de Octubre de 2007, tres días antes de su cumpleaños, fue presentado en la Casa de la Cultura su libro, Páginas sueltas, el penúltimo, porque el último un poemario de título Muñecas,  ya lo tenía escrito y programado para presentarlo en febrero del siguiente año. Ese día, llegó apenas al evento, muy enfermo, viejecito, casi sordo y muy cansado, dificultosamente subió el escalón para sentarse en la mesa de dicha institución, casi sin aliento y visiblemente emocionado, agradeció profundamente a todos y cada uno, mencionando en una larga lista a quienes su memoria le permitió y muy seguramente a aquellos a quienes involuntariamente omitió.  Al final de la presentación, con un enorme pastel repleto de velitas, la Sala Alfonso Reyes llena al tope, le cantó las mañanitas y ahí sopló por última vez sus 90 años.  Quince días después, el 9 de noviembre de 2007, Isaac Florencio Galaviz Cruz, mi amado padre, cerró sus ojos a las siete de la mañana y se fue a seguir explorando cielos remotos.

Betty Galaviz.  Monterrey, N.L., Octubre 14 de 2018.