Debemos de afirmar nuestra voluntad al máximo para aprovechar todo el potencial que podamos tener y para direccionar su vida por el camino que más nos brinde satisfacción.
Cuando logramos comprender que lo único sobre lo que tenemos control es nosotros mismos, nos hacemos conscientes también del poder personal que poseemos.
Tener una gran voluntad no lo es todo, igual de importante es saber hacia dónde y cómo dirigirla. Es ahí donde la astrología nos puede ser de ayuda. Ella nos habla del tiempo, de la naturaleza del mismo. No hay nada más inútil que luchar contra el reloj, algo más prudente sería aprender a danzar con él, seguirle el paso mientras nos dejamos llevar por el ritmo que el marca.
Si sabemos de antemano cuál es el momento más propicio o más perjudicial para realizar cualquier actividad en la que buscamos un resultado concreto, no es necesario malgastar energía en algo que no está destinado a dar frutos.
Al hombre le crea conflicto saber que no tiene control sobre lo que acontece, y que a veces debe rendirse o simplemente ir con la corriente.
Esto se considera una debilidad, pero para los que saben de la naturaleza cíclica de la vida es sentido común porque todo se mueve en ciclos o mas bien en espirales. Todo vuelve donde al lugar de comienzo pero al regresar al mismo punto ya está transformado, dispuesto a comenzar una nueva etapa de evolución, moviéndose hacia arriba al igual que una espiral.
Destino versus libre albedrío
Como cuando volvemos al lugar donde crecimos después de estar tiempo alejados de él y de todo lo que nos fue familiar, pero al regresar ya no somos los mismos. Vemos a las mismas personas, los mismos lugares que frecuentábamos en el pasado, pero nuestra percepción sobre ellos es distinta. Comprendemos cosas que antes no, entendemos a nuestros padres en lugar de molestarnos pues ahora sabemos que ellos solo intentaban realizar lo que consideraban correcto para nosotros.
De cierta forma hemos evolucionado. Por otra parte, siempre nos quedan cosas por aprender y seguiremos dejando atrás lugares y personas que van cumpliendo su función en nuestras vidas, y esto aunque es doloroso nos permite subir un peldaño más en nuestra evolución.
El problema surge cuando nos aferramos y nos resistimos al cambio que el mismo destino y naturaleza nos indican que ya es tiempo de realizar. Como nos ocurría cuando éramos niños no podemos ver que tal vez sea lo mejor para nosotros, sobre todo si ya teníamos otros planes en mente y la vida se encarga de sorprendernos incluso con algo mejor, pero al fin y al cabo nos da miedo por ser desconocido y por no saber con certeza en el momento presente si traerá los resultados esperados.
No nos haría falta una astrólogo si nos escucháramos realmente a n nosotros mismos y tuviéramos la madurez de decidir que si en efecto una etapa ha terminado y hay que dejarla atrás.
Sin embargo, la astrología nos puede llegar a brindar esa objetividad para saber movernos mejor con los ciclos de la naturaleza y aceptar lo que ya no ha de ser. Aún así debemos de poner de nuestra parte para soltar nuestro apego a lo conocido y avanzar hacia adelante con fe en la vida y en nosotros mismos.
