El 26 de Noviembre de 1810, el generalísimo Miguel Hidalgo a la cabeza de siete mil soldados entra a la ciudad de Guadalajara, capital de la Nueva Galicia, para establecer esta ciudad como sede de un gobierno independiente por invitación de José Antonio Torres. Lo curioso del hecho es que llegó acompañado de una bella señorita vestida de capitán de dragones que iba fuertemente custodiada por un grupo de lanceros.
Crónicas de la época refieren que se trataba de la señorita Mariana Luisa Gamba Pérez Sudaire de 18 años, originaria de Valladolid, de donde provenía la marcha de Hidalgo antes de llegar a Guadalajara. La Fernandita, como se le llamó por la especulación popular de que se trataba del rey de España Fernando VII quien había huido de España de manos de los franceses y refugiado en la Nueva España bajo el cobijo de la insurgencia, acompañó a Hidalgo a varias tertulias que se celebraron en esta ciudad, y fue catalogada por algunos como una amante del cura de Dolores, otros decían que era su ahijada y otros más que fue su hija. Lo cierto es que le Fernandita desapareció del mapa nacional a la salida de Hidalgo de Guadalajara tras la derrota de éste en Puente de Calderón a mediados de enero de 1811.