El Impresionismo surgió en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX, a partir de un grupo de artistas que rompió con los planteamientos pictóricos tradicionales, ya que bajo la influencia del paisaje de Camille Corot y la
El objetivo de los artistas era conseguir una representación espontánea, tal como la percibían en el momento, con la sensación fugaz, efímera, difícilmente perceptible y reproducible. Se centraban en los efectos de la luz natural sobre los objetos y no en la representación exacta de sus formas, lo que los llevaría a elaborar una serie de pinturas sobre un mismo objeto en diferentes circunstancias atmosféricas y temporales tratando de captar las variaciones cromáticas que sufría a lo largo del día.
Las principales figuras del movimiento fueron Claude Monet, cuya obra tiene como factor dominante el carácter de la luz, desarrolló el concepto de las “series”, en las que un motivo es pintado repetidas veces con distinta iluminación, y de las que destaca la serie de cuadros sobre plantas florales acuáticas de sus jardines en Giverny; Auguste Renoir, quien se inclinaba más a lo ornamental y a la belleza a través de cuerpos femeninos y paisajes, mostrando la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores, el placer es la cualidad más evidente de su obra; Edgar Degas que poseía una gran captación de la sensaciones de vida y movimiento, especialmente en sus obras de bailarinas y cuyos retratos han sido apreciados por la complejidad psicológica que transmiten; Berthe Morisot,
Cuando te encuentres con una obra Impresionista piensa en esto: ¿Dónde notas la luminosidad de la pieza? ¿Distingues la forma a partir del conjunto de pequeñas pinceladas? Si se trata de una serie de cuadros, ¿puedes ver los cambios de la luz sobre el objeto?
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