Crítica de artes plásticas y teoría estética ǀ Por Fernando Arturo Galaviz Yeverino
La palabra “arte” actualmente abarca tantas cosas y posee tal amplitud de definiciones como la palabra poesía y amor. Pero para no abrumarnos, comencemos por lo básico.
Primeramente, la palabra “arte” viene del griego “Tkné” y del latín “Ars”, ambos quieren decir “oficio”, es decir, “habilidad y destreza”. Es una palabra que se emplea para definir la facultad de hacer bien una cosa según determinadas reglas, suele emplearse como sinónimo de técnica, tecnología, creación, poesía, belleza, intelecto, conocimiento.
En el campo de las disciplinas artísticas, “arte” se refiere al quehacer, al hacer, a la producción de objetos que por su naturaleza y condición motivan reflexiones estéticas.
Ahora ¿De qué hablamos cuando hablamos de estética? Suele definirse como la ciencia o la disciplina que trata de la belleza y de la teoría fundamental y filosófica del arte. El conjunto de reflexiones que se hacen sobre el arte. También se refiere como la facultad de percibir por medio de los sentidos.
R.P. Juan Rey en su Preceptiva Literaria (Ed. Sal Terrae, 1965) plantea dos divisiones del arte:
El arte mecánico, es el que tiene un fin de utilidad práctica, ejemplo: el arte de la carpintería, de la agricultura, etc. El que lo ejercita se llama artesano.
Y el arte bello. Es el que tiene un fin estético. Ejemplo: la pintura, la escultura, la literatura, etc.
Cabe aclarar que no tengo un doctorado en arte, incluso cuando elaboré la Ley de Fomento y Desarrollo de las Artes, el Patrimonio y los Derechos Culturales para el Estado de Nuevo León, consulté algunos conceptos con intelectuales o gurús locales, pero lamentablemente no recibí respuesta, me hace pensar que sus compromisos institucionales no les permitía involucrarse en este tipo de proyectos ciudadanos. Tuve que documentarme por mi cuenta.
En El Arte de no tener talento, la revolución hamparte, de Antonio García Villarán, nos revela lo siguiente:
“Los expertos dicen que los verdaderos artistas deben estar representados en las ferias más importantes, que deben dar clases en las instituciones de mayor prestigio, que deben vender su obra para ser considerados y aceptados como tales. Esta es la mayor trampa que encontramos hoy en día. Es la cortina de humo que impide que veamos la verdad. Estos son los intereses de los que quieren mantener su sistema cósmico generando la necesidad de hacer lo que ellos dicen. Si les haces caso, te aseguro que no tendrás libertad, que mirarás a través de sus ojos y no tendrás criterio propio”.
Para formar un criterio propio, hay que fortalecerlo de manera constante, visitando exposiciones, estudiando teoría del arte, filosofía del arte e historia del arte, en Internet hay muchísimos sitios y recursos sobre el tema.
Lamentablemente el arte se ha hecho muy elitista, clasista, frívola y hedonista incluso desde nuestras instituciones públicas, pero afortunadamente existen propuestas ciudadanas y colectivos independientes, que a contracorriente incluso desde la marginalidad, tratan de luchar contra esta tendencia, aún a costa de poner de su bolsillo sus escasos recursos, con nulo apoyo gubernamental, promoviendo el arte en centros penitenciarios o en comunidades alejadas o vulnerables, allá donde no llegan ni llegarán nuestras instituciones culturales las cuales pagamos con nuestros impuestos.
Habiendo descrito muy pero muy brevemente este marco teórico, creo que podemos tener los elementos básicos, fundamentales, para que al menos no nos den “gato por liebre”, y no caer en las garras de los charlatanes plásticos que pululan en nuestros centros culturales de nuestras instituciones públicas y galerías, no caer seducidos ante el canto de la sirena de la falsa obra de arte en un Estado industrial y comercial donde la cultura no tiene prioridad como sí la tienen los negocios, la moda, el futbol, la carne asada o los programas chatarra de nuestra televisión local.
En suma, tomando en cuenta todo lo anterior, ahora les comparto una síntesis de lo que sí es arte y lo que no es arte de la crítica de arte Avelina Lésper.
Al tenor de lo anterior, el artista plástico y crítico de arte Antonio García Villarán nos presenta como complemento una lista similar, de que considera no es arte, él lo denomina “Hamparte”, juego de las palabras hampa y arte.
Aunque estos conceptos fueron concebidos originalmente para aplicarse en artes plásticas, bien pueden aplicar también para las demás disciplinas artísticas considerando, claro, sus características particulares.