En 1882, el optimismo por realizar el resto de las obras del edificio se reflejarían en una serie de propuestas para su terminación. La primera de ellas es un presupuesto elaborado el 24 de junio de 1882 para reconstruir el lado poniente del Palacio Municipal. Tumbar el portal o corredor viejo y levantar-lo nuevo desde sus cimientos si fuere necesario, repartiendo en él siete o nueve arcos semejantes a los de los lados Norte y Sur, siendo los machones de mas tercias […] y los arcos de buena piedra de labrar, capaz de resistir el peso de los altos, teniendo que poner techo nuevo siendo las vigas de diez pulgadas inglesas de alto por tres y medio de gruesa, y la tableta de tres cuartos, poner suelo con sus correspondientes sardinetas de piedra azul, labrada, enjarrada y chalpaqueada.
La fachada de los altos que mide cincuenta y siete varas frente, será igual a la de la plaza de Zaragoza, con todo y escudo, exceptúando la puerta del centro que será enteramente dórica, en las paredes largueros del centro que forman los dos salones, se repartirán ocho puertas en claros, iguales a los demás interiores. Ambos salones serán divididos por dos tabiques de ladrillo, con sus claros de puerta correspondientes, los cuales formarán un paso o gabinete en el centro y por último cerrar el cuadro del corredor al patio. La madera de los techos será de las mismas medidas de la del corredor de abajo arriba expresado; todo esto será hecho con bue-nos materiales, enjarrado y chalpaqueado, y concluidas sus piezas.302Pablo Salazar y Martínez, autor del presupuesto, proponía traer los materiales de la loma de los Urdiales; requiriendo para la realización de la obra, 15,200 pesos.
El trabajo no se realizó, pero hay in-formación inapreciable sobre algunos elementos arquitectónicos del espacio poniente, a saber, la necesidad de sustituir los portales viejos, seguramente de madera, para hacerlos de piedra, y la visualización desde entonces, de contar con una fachada igual a la del oriente. El 10 de octubre se presentaron otros dos presupuestos para construir los altos del ala Sur del Palacio, el primero fue de Luciano de León, quien presentó el presupuesto de un quehacer en el Palacio Municipal. Dicho quehacer es levantar un tramo al lado del Sur, siendo el tramo de veintinueve varas de luz y para el frente del patio son veintidós varas y medio de ancho donde van repartidos seis arcos, todo este quehacer irá trabajado con buena clase de materiales, siendo los sillares de los Urdiales o de las Mesas, y toda clase de piedra de medida de la loma, al frente de la calle habrá que bajar los enjarres hasta el piso de abajo, habiendo que echar el suelo de los portales de abajo llevando seis sardinetas de piedra azul, la conclusión del tramo ha de quedar igual al que está al lado del Norte.
La madera de los techos llevan las vigas cuatro pulgadas de grueso por diez de alto, siendo madera de entregar y recibir. El segundo fue el de Antonio Reyna, quien presentó el Presupuesto del importe de la obra que se ha de hacer en los altos del Palacio Municipal. Un salón de 28 varas de largo, construido con sillar de las Mesas, y sólo las piedras de medida de la Loma, siendo la madera del techo de buena calidad, esto es, de entregar y recibir, y además, un corredor de la misma dimensión con sus arcos correspondientes, poniendo el que suscribe todos materiales con excepción de las puertas que se empleen […] Por conclusión de la parte del portal, conforme al lado Norte del mismo Palacio.
Ignoramos a quién le fue dado el contrato para la obra de los Altos del Sur, pero ya fuese Luciano de León o Antonio Reyna, la obra comenzó en ese octubre de 1882, concluyéndose los mismos en mayo de 1883,305 es probable que se le haya asignado a Antonio Reyna, pues justo en mayo, estaba comprometido a entregar nueve puertas de mezquite encargadas en enero de ese año.[…] han contratado nueve puertas de mes-quite por cuatro cientos quince pesos para la obra de este Palacio municipal que se está construyendo al lado Sur iguales las de las piezas del mismo del lado Norte, siete, de tres varas de alto por una y media de ancho a cuarenta y cinco pesos cada una, y dos de tres y media de alto por dos de ancho una, y la otra de una y tres cuartas de ancho por cincuenta pesos cada una, con obligación de entregarlas en el término de cuatro meses, excepto los marcos que será dentro de un mes. Todavía no terminaban los trabajos de los altos del ala Sur cuando se contrató el 8 de abril a Concepción G. Campos para:[…] la construcción de un arco en el lugar donde está el tabique que divide el salón del lado Sur en el paso alto del Palacio Municipal y la recompostura de toda la fachada oriental del mismo palacio, teniendo que poner el Sr. Campos, las almenas que falten, componer el escudo de armas, arreglándolo de la mejor manera y enjarrándolo por los dos lados y hacer las molduras de los arcos de abajo iguales a los demás, obligándose también el Sr. Campos a componer todas las cuarteadoras o grietas que tenga el edificio mencionado y echar todos los enjarres que falten en la misma fachada.
*El presente texto se rescata del Tomo I: Monterrey Origen y Destino (2009). Donde participaron:José Antonio Olvera en la Coordinación General. Eduardo Cázares, como Coordinador Ejecutivo y Ernesto Castillo como Coordinador Editorial.
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