En la actualidad la ciudad de Monterrey cuenta con la única Catedral con una torre en el mundo. Después de casi dos siglos de lenta construcción, la catedral de Monterrey que había iniciado en 1770 es “terminada” hacia 1891 con la construcción de la torre Sur.
La palabra “catedral” significa silla del Obispo, por lo que se buscaba darle un lugar digno a la residencia de este jerarca de la iglesia en el recién creado Obispado del Nuevo Reino de León allá por 1777. Al intentar refundar la ciudad de Monterrey al norte, el Obispo Rafael José Verger ordena la construcción de una majestuosa y bella edificación caracterizada por la piedra negra. Este edificio y el proyecto de la nueva ciudad de Monterrey quedaron inconclusos al haber diferencia entre el Obispo Verger y el gobernador Simón de Herrera y Leyva. Más tarde, las ruinas de lo que sería la Nueva Catedral de Monterrey serían utilizadas como fortaleza durante la batalla de Monterrey de Septiembre de 1846 en lo que se conoce como el fortín de la Ciudadela. Los norteamericanos bautizaron a estas ruinas como “the Black Forth” por lo oscuro de su acabado.
Finalmente la actual catedral de Monterrey, que al principio era la iglesia parroquial de la ciudad, se convirtió en la casa del Obispo siendo así remozada para el uso eclesiástico.