Francisco Haghenbeck
La más reciente novela de Francisco Haghenbeck, El caso tequila (Rocaeditorial, 2011), se publicó primero en España, hace ya casi un año, y apenas a fines de 2011 comenzó a ser distribuido en México; incluso, en Francia aparecerá en un par de meses y ya se tiene contemplada su publicación en Estados Unidos para el próximo año.
Tal es el periplo de una obra que buscaba convertirse en una especie de homenaje a sus gustos literarios y cinematográficos, en la que cuenta la historia del detective Sunny Pascal, a quien contratan como guardaespaldas de Johnny Weissmüller durante su asistencia al Festival de Cine de Acapulco.
Se trata de la continuación de Trago amargo, con éste detective beatnik como protagonista, nacida con la idea de retomar la literatura policiaca, pero la de Raymond Chandler y Dashiel Hammet.
“Desde que estaba en la escritura de la primera novela ya sabía que vendría una segunda, ahora ambientada en Acapulco, con Weissmüller, Frank Sinatra y el Festival de Acapulco, porque quería revivir el glamour del Acapulco de los 60, del que no queda nada. Quería hacer una historia que estuviera metida en eso.”
Hay mucho de cine en la novela, sobre todo del clásico, a través de personajes olvidados para las nuevas generaciones, “estoy seguro de que un veinteañero no sabe quién era Weissmüller, incluso su referente de Tarzán es la caricatura de Disney”, de ahí su intención de recuperar esa parte de la falsa nostalgia del glamur de los 60, a decir de Francisco Haghenbeck (Ciudad de México, 1965).
“No sé si fue natural mi decisión de Weissmüller, pero cuando viví en Puerto Vallarta, fui muy amigo de su hijo, íbamos mucho a pescar, donde me platicaba todas las anécdotas de su papá.”
Para el narrador, El caso tequila no es un ensayo periodístico, sino más bien ficción policiaca con una carga social, si bien al mismo tiempo está cargada de humor, característica de la novela policiaca que se escribe en México, quizá porque “esa es una manera de sobrevivir del mexicano”.
“La novela policiaca en México tiene dos características, a diferencia de otras tradiciones: está totalmente cargada de denuncia social y de humor. En México todas las obras en este género son, en el fondo, de denuncia: es un espejo, pero un espejo deforme de la sociedad. El libro está cargado de humor y eso es lo que les has gustado en España, en Francia y en todos los lugares donde ha sido publicada, porque tenemos un humor muy especial.”
En su opinión, el buen momento que vive el género responde a la situación que vive el país, porque cuando política y socialmente México está mal, la novela policiaca fluye: en los años 70, con las represiones de la guerra sucia, fue cuando nació el género neopoliciaco, “y ahora que vivimos una crisis social y política, de nueva cuenta florece la novela policiaca. Sí tiene que ver lo que vivimos, pero más como un espejo, como una manera de escape”.
