Memorias (no arrepentidas) del Sonido Disco

0
Sonido Disco

Sonido Disco

Murió Donna Summer, 63 años. A veces pienso que los íconos culturales son sólo referencias de noticias. Nada más. Se murió y de pronto todo mundo habla de ella, todos convertidos en un clamor: hablemos de ella, aunque no hayamos conocido su música o su trascendencia – intrascendencia, sin tratar de asimilar, por falta de interésm de lo que significó para nosotros, nacidos en los sesenta.

Donna Summer impactó con su primera canción, I Love to Love You, Baby, una canción grabada con un muy definido estilo de sensualidad que aún ahora, en medio de la disolvencia del mainstream todavía llamaría la atención por su profundidad sexual.

Luego salieron más y más éxitos, uno de los cuales fue un sencillo que salió llamado I Feel Love, que fue por lo demás, distinto de todo lo escuchado, no por la música electrónica, sino por el ritmo extraído totalmente de sintetizador y con la cadencia intensa que Summer le inyectó. Se dice que esa canción influenció muchísimo con los años en la música technodance de todos conocida.

Sólo lo anterior bastaría para tener su lugar. Y no, faltaría conocer de entre todas sus canciones, Bad Girls y Hot Stuff. Ambas, impresionantes, llenas de energía, atrevidas, la segunda reconocida incluso por los críticos de rock, como una respuesta del disco al rock mismo.

Lo que sigue es un extracto de un artículo que escribí hace ya tiempo, tratando de evocar esos años.

… un ritmo sincopante, que hace que nos dé una sensación de serotonina en nuestro cerebro equivalente a un gran shot de adrenalina inyectado directo en el corazón, si quieres no exactamente como el que le tuvo que acomodar John Travolta a Uma Thurman en Pulp Fiction, pero sí al menos de algo que te rejuvenece y que trata de meterte dentro del alma de un muchacho que va creciendo de 15 años en el cuerpo camino a su inermidad de 43 o más años.

That’s right! Get Up and Boogie! gritaban, interrumpían, exigían que te levantaras a bailar, a bailar… ¿qué?

En ese momento no se sabía con claridad ya que de hecho no había una definición propia del ritmo en sí.

Ahora, si gracias al paso del tiempo nos dimos cuenta en retrospectiva de que el concepto definido y delimitado conocido como el de música disco existió con fuerza y con, digamos, cierta madurez, pues el año de 1976 fue con certeza una época que podríamos llamar pre-disco o Disco Pre-Clásico.

Y si dedicamos un poco más de atención a este punto de llevar con cierta corrección, propiedad y decencia, esta cronología, de hecho ese año gringo-bicentenario a lo mucho dieron de sí las piezas de You Should Be Dancing y Night Fever, ambas de los Bee Gees y la de A Fifth of Beethoven, de Walter Murphy ya que fueron parte primordial del soundtrack de la película de Saturday Night Fever.

Bien, la película estelarizada por John Travolta (que, ya dijimos, fue quién le clavó ese mencionado shot de adrenalina a Thurman, a 17 años después de bailar More than a Woman) fue la que comenzó con propiedad el período Disco Clásico que duró entre 1977 y 1979, agregando Y.M.C.A. de Village People, Disco Samba, por unos brasileños, Born to be Alive, de Patrick Hernández, los éxitos de Gloria Gaynor (I Will Survive, ¿hay otro éxito de esta mujer? Sí, How High the Moon Is) y los del grandioso K.C. and the Sunshine (con That’s the Way (I Like It), y sobre todo el inmortal I’m Your Boogie Man con su grandiosa introducción).

Nada más para precisar, el período anterior a éste fue el denominado Disco Pre-Clásico que abarca de los años de 1974 a 1976, con prominentes piezas como la de Disco Lady de Johnny Taylor, More, More, More de la ex actriz porno Andrea y su Andrea True Connection, la de Rock the Boat de, de, de ¿?, The Hustle, de Van McCoy, Berta Butt Boggie, de, de, tampoco recuerdo de momento.

Posteriormente al Disco Clásico tenemos el Disco Post-Clásico, que fue más corto, de 1979 a 1980, con piezas como la de Ring My Bell de Anita Ward, In the Bush de Musique, Brickhouse de Commodores, terminando posiblemente con Funkytown, de Lipps, Inc. y la inmortal Ladies Night de Kool and the Gang, entre otras, ya en este sentido de relación de hechos que trata de ser fiel a la memoria, este Disco Post-Clásico decadente por así afirmarlo que no duraría mucho ante el embate del New Wave Post Punk de The Clash y de Talking Heads y del Nuevo Romanticismo de The Motels, The Police y de Duran Duran.

Y si recordamos más llegaríamos a… Boney M, eran mulatos, ¿no? Hasta la misma Donna Summer supuestamente grabó en Alemania, por la relación que tenía en aquellos años con su productor-sintetizado Giorgio Moroder y que hizo sus pininos (vaya pininos) con la grandiosa Love to Love You Baby con lo inaudito en aquellos años de la Summer con sus quejidos suaves, armoniosos, definitivamente orgásmicos, ¡qué fueron emitidos en su versión larga por 18 minutos hace 30 años! ¿Dónde quedaba la moral que por todo truena hoy mismo?

(Algo ha pasado desde esos tiempos lejanos, entre otras cosas, la moral se elastizó, se contrajo, se expandió y se relajó, todo en múltiples niveles y en múltiples horizontes y dimensiones.)

Aún y que el estreno de Saturday Night Fever significó en lo popular la condensación de lo que debería ser una disco y sus extravagancias y manifestaciones culturales, de alguna extraña manera sugería, y en ciertos puntos, imponía, como deberían de ser las cosas, en cómo se debe de conducir un chico en un baile, aun y que esos patrones de conducta ya en sí eran muy disparatados para el grueso de los habitantes de este planeta Tierra, pero ni modo, eran contra los que se comparaban: el vestir bien, el bailar bien, el atraer bien, el tener sexo bien, incluso.

Aquellos fueron los años en que escuchábamos el radio AM y FM, al éxito de moda, mientras íbamos en el carro con alguien de salida de la escuela, mientras estábamos en casa haciendo la tarea o mientras íbamos al baile del viernes o el baile del sábado en casa de alguna quinceañera desconcertada que era invadida por hordas de muchachos desconocidos que anhelaban entrar.

Buscando los recuerdos, escuchando a Donna Summer, buscándonos a nosotros mismos. Angustias, ansiedades, diversión sin fin.

Años disco. Años vivos. Años nuestros.

 

I Feel Love – Donna Summer

 

*Luis Eduardo García, escritor de Technotitlan: Año Cero. Consultor editorial.

Canal de YouTube: http://www.youtube.com/user/LuisE2099,

Twitter:@LuisG2099

Dudas, aclaraciones, consultas: luis.garcia.2099@gmail.com

 

Share.

About Author

Eduardo Cázares Puente (1976- ). Es Licenciado en Historia por la UANL. Maestría en Educación por la Universidad Tec Milenio, además de ser catedrático de este centro de estudios desde el 2009. Es paleógrafo e investigador de temas de historia del Noreste de México y autor de los libros Nuevo León durante la Guerra México-Estados Unidos (1846-1848); Monterrey: revoluciones, guerras y comerciantes (1808-1855), tomo III de la enciclopediaMonterrey: origen y destino (2009). Ha colaborado con artículos en revistas como Atisbo, Actas y Relatos e Historias.

  • Diario Cultura.mx

    Diario Cultura.mx es una revista que aborda temas relacionados al arte, la historia y la cultura, desde una perspectiva profesional y multimedia.

  • Financiarte

    Diario Cultura.mx se creó con el apoyo de Financiarte, es sus ediciones 2011 y 2013.

  • Diario Cultura

Diario Cultura.mx. Derechos Reservados. 2015. Todos los artículos son responsabilidad de sus autores. Aunque Diario Cultura.mx promueve la cultura y las artes, esto no significa que esté totalmente de acuerdo con las opiniones y comentarios que sus autores realizan.
Más en HistoriaRegia, Música, Nuevo León
Primer Puente San Luisito.

El primer puente que unió el norte de la ciudad de Monterrey con el sur fue el Puente San Luisito....

Cerrar
Array ( )