En el año de 1968 la ciudad de México fue sede de los XIX Juegos Olímpicos. Por pirmera vez nuestro país fue anfittrión de un evento mundial y tras una larga y difícil organización que contó con la problemática estudiantil que estalló en la capital durante el verano de ese 1968, finalmente el 12 de octubre de ese año se inaguraron las comptencias.
En México 68, se reinventó la esencia griega de las olimpiadas y se propuso un año de Olimpiada Cultural además de las dos semanas de juegos atléticos. Así, por primera vez, el intelecto y la fuerza comparten un mismo sentido. Sin lugar a dudas, México logró entonces aportar los conceptos que regirían las justas hasta nuestros días.
Para este primera Olimpiada Cultural, se propusieron 20 eventos en distintas disciplinas como: danza, música, poesía, escultura y pintura infantil entre otras más. Prácticamente todos los países del mundo aportaron lo mejor se sus culturas.
Ruta de la Amistad
Uno de los más destacados proyectos generados a raíz de las Olimpiadas Culturales México 68, es el corredor escultórico más grande del mundo con 17 kms de longitud. En él se encuentran dispuestas 19 obras construidas en concreto, que fueron realizadas por artistas de los cinco continentes. Con alturas que van desde los 7 hasta los 22 metros de altura, se hizo realidad el proyecto concebido por Mathias Goeritz, con el apoyo del Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
En el concepto original, las obras llenas de matices aparecían sembradas cada kilómetro y medio en un valle de piedra volcánica resultado de la emanación del Xitle dos mil años atrás. Singulares árboles acompañados de una maleza intensamente verde en verano y de amarillo pálido en invierno fueron el escenario de esta inmensa galería.
De esta manera, el arte moderno salió a las calles y los espectadores disfrutaron de este invaluable contexto artístico donde cada espectador interpreta su sentir. El recorrido se apreciaba como un camino de colores que comunicó los distintos escenarios olímpicos.
El trabajo de diseño estuvo a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y un equipo de profesionales mexicanos y extranjeros.
Los curadores fueron Eduardo Terrazas y Tania Ragasol subdirectora curatorial del Museo de Arte Moderno
Con la campaña publicitaria de México68 se buscaba que el mundo identificara a México como una nación moderna, de rico patrimonio cultural y deportivo eligiendo un lenguaje gráfico contemporaneo pero sin perder nuestras raices