Con la muerte del fundador de Monterrey, Diego de Montemayor “el Viejo” (1610), su hijo del mismo nombre apodado “el Mozo” se dirigió a México, trajo confirmación de su título; admitióse el cargo y procedió con el reciente ejemplo del su padre. Ejerció el Mozo su labor en el Reino hasta que un año después murió (1611). Antes morir nombró al capitán Diego Rodríguez como Teniente, y convirtiéndose a la muerte del Mozo en Justicia Mayor del Reino. Uno de los sucesos más importante de su gobierno fue la gran inundación acaecida por el desbordamiento de los ojos de agua de Santa Lucía. Este hecho provocó la pérdida de muchos papeles y documentos de los primeros años de la ciudad
PLANO ANTIGUO DEL OJO DE AGUA DE SANTA LUCÍA
El cronista del siglo XVII Alonso de León hace referencia de este suceso de la siguiente manera:
“En el año primero de su gobierno, que es en el que vamos, hubo una avenida en el canal del ojo de agua, que derribó la mitad de las casas de la ciudad; con que resolvió el justicia mayor pasar a la parte del Sur, por ser más alta que la del norte. Y así lo hizo con los cuerpos del Gobernador y su hijo, que trasladaron al convento nuevo.
La inundación fue tan devastadora que el justicia mayor Diego Rodríguez decidió trasladar el asentamiento hacia las partes altas, hacia el lado sur, donde actualmente se ubica la plaza Zaragoza. La ciudad era en ese entonces un conjunto de chozas cubiertas de paja y zacate. Durante el siglo XVII, hubo una serie de inundaciones en los años de 1612, 1636, 1642, 1648 y 1672, que trastocaron no solo el panorama urbano de Monterrey, sino que también provocaron problemás legales al perderse escrituras y documentos de la ciudad. Mateo de Villafranca hacía esta aseveración cuando en 1650 solicitaba ante el justicia mayor posesión de una casa que compró a Alonso López de Baena, y solar de que se le hizo merced como a vecino por el Capitán Diego Rodríguez, justicia mayor que fue de esta Ciudad, cuyos títulos se le perdieron “el año de la inundación.
La inundación de 1612 permitió la reubicación de la ciudad hacia el sur de los mencionados ojos de agua. Diego Rodríguez, nombrado Justicia Mayor, encargado del gobierno tras la muerte de los Montemayor, se encargó de la reedificación de la ciudad fijando plaza principal, iglesia y cabildo para el funcionamiento del Reino.
