“Me moría por descubrir que venía de otro planeta… Sabía que miles de niños extraterrestres andaban entre nosotros por todos lados y que un día me encontraría con muchos de ellos”.
Kurt Cobain, líder de Nirvana, la banda emblema del Grunge, dijo adiós a este mundo, no sin antes dejar una huella. 19 años después, aun se percibe a Nirvana en el ambiente. Aún se respira el espíritu adolescente.
Considerado el Rey del Grunge, llevó con su éxito de 1991 “Smells Like Teen Spirit” el sonido de Seattle a todos los rincones del planeta. La música de Nirvana es para muchos considerada difícil de digerir, porque consiste en una mezcla de punk y metal, esto complica encontrar una melodía dentro del caos de sus composiciones.
Pero vayamos al inicio, toda leyenda tiene un principio.
Kurt Donald Cobain nació el 20 de febrero de 1967, en Aberdeen estado de Washington. Desde temprano se manifestó su inclinación a las artes; demostró sorprendentes habilidades para el dibujo, tocaba el piano, incluso tocaba la batería sin partituras y sin haber estudiado música.
Aunque en sus veintes, siendo ya famoso, podía pagar lo mejor en instrumentos, siempre prefirió a lo que se refería como ¨chatarra¨. Kurt se equipó de guitarras, amplificadores y pedales, a menudo adquiridos en casas de empeño y tiendas de segunda mano. Muchos reporteros le hicieron la misma pregunta: ¿Qué marca era tu primer guitarra? Cobain le comenta a Michael Azerrad (autor, periodista y músico estadounidense) en 1992 “Ni siquiera creo que fuera una Harmony, creo que era una SEARS”.
Su primer guitarra fue obsequio de su tío Chuck, a los 14 años, era una guitarra eléctrica, usada, no pertenecía a ninguna marca de prestigio. Nunca fue devoto de las grandes marcas y sus exóticas ediciones.
En su última entrevista para Guitar World, Cobain dijo: “I keep blowing up amplifiers, so I use whatever I can find at junk shops — junk is always best” en español: “Sigo reventando amplificadores, así que uso lo que sea que encuentre en tiendas de chatarra — la chatarra siempre es mejor”.
Fue el divorcio de sus padres cuando aún era muy joven, lo que provocó en Kurt un gran cambio, pasó de ser un niño completamente feliz a lo que muchos llamarían un desadaptado. Un desadaptado increíblemente talentoso.
El sonido de Nirvana siempre fue sucio, caótico, descontrolado y perturbado, un perfecto reflejo de su líder.
Este icono, frecuentemente llamado mártir de la Generación X, fue moldeado por sucesos que si bien no representaban un drama mayor, afectaron de manera permanente la frágil estabilidad emocional del antihéroe de toda una generación desilusionada, devastada, hija de los soldados de la Guerra de Vietnam.
La energía con la que golpeaba las cuerdas de su guitarra y su desgarrada voz es el sello que los llevó a la cima, sitio de donde Kurt no regresaría.
Kurt Cobain fue encontrado muerto el 8 de Abril de 1994 en su domicilio, 171 Lake Washington Boulevard en Seattle, Washington. El forense declara que falleció 3 días antes, el 5 de Abril. Es así como se une al “Club de los 27”.
Muerto por herida de bala auto infligida, leía el reporte. Shock general. Con los fans alrededor del mundo y los medios desconcertados, numerosas versiones y teorías no se hicieron esperar, incluso acusaciones hacia su esposa, Courtney Love, con quien tuvo a su hija Frances Bean en 1992. Sus cenizas fueron bendecidas por un monje budista y divididas entre esculturas memoriales de barro, McLane Creek en Olympia y un osito de felpa y una urna que su viuda conserva.
Entre el mar de historias relativas a su muerte, persiste el sentimiento de Kurt de haberse perdido a si mismo entre la fama y el vertiginoso éxito de su banda. Para el, se perdió el sentido que en un principio dio origen a sus composiciones.
En sus propias palabras, escritas en la nota de suicidio que acompañaba al cuerpo sin vida: “Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música. Me siento increíblemente culpable por todo eso…” “Gracias a todos desde el infierno de mi estómago, ardiente y nauseabundo, por sus cartas durante los últimos años. Soy demasiado neurótico y temperamental y mi pasión se ha desvanecido, así que recuerden, es mejor arder que apagarse lentamente. Paz, amor, empatía, Kurt Cobain.”
Además de sus últimas palabras dirigidas al mundo, Cobain dejó como herencia Bleach, primer álbum de estudio (1989); Nevermind, segundo álbum de estudio (1991); Incesticide, recopilación de rarezas, caras b, versiones alternativas de canciones, y versiones de canciones de otros artistas (1992); Hormoaning, lanzado para promocionar la gira de la banda en Japón y Australia (1992); In Utero , tercer álbum de estudio (1993); MTV Unplugged in New York, álbum acústico en directo (1994). Más numerosas recopilaciones y ediciones lanzadas post-mortem, que siguen sonando por el mundo casi dos décadas después del trágico día.
Kurt Cobain murió, pero nunca desapareció.
Colaboración especial en este articulo de María Elia de la Huerta
