El general del ejército muerto, Ismaíl Kadaré. Alianza: Madrid. 2010.
por Andrea Morán
Silencio blanco, sin pájaros.
Árboles al soplo de las nubes
hieren el ritmo del paisaje.
Entre lo que surge y lo que se va,
la nieve deslíe la roca. Y el sonido del viento,
voces inciertas
que hielan
nuestras inútiles acciones.
Una señal (un disparo) nos aleja de la Idea.
Desliz hacia la nada: el desierto
presiente ya el temblor.
Jeannette L. Clariond (1949)
Ismaíl Kadaré es, sin duda alguna, uno de los escritores más influyentes de la literatura universal. Se compromete a ser una voz de esperanza en ese país tan pequeño en territorio pero inmenso en historia como lo es Albania. Nos muestra, a través de su obra literaria, la cultura albana, sus paisajes y, sobre todo, los problemas políticos y sociales que en las últimas décadas han tenido que afrontar.
El general del ejército muerto es la novela que lo consolidó en el panorama literario internacional. Kadaré nos hipnotiza a través de una historia sencilla en apariencia, pero que se va complicando poco a poco hasta que el lector llega a sentir una suerte de odio por el patriotismo, las costumbres heredadas, por el nacionalismo, por el Estado y su ejército, por la insensatez de la guerra.
Kadaré nos muestra una Italia y una Albania en transición: los dos países son los representantes de una Europa que lucha por reconstruirse, por resurgir de las cenizas que los bombardeos, los cañonazos y los tanques han dejado: los gobiernos quieren dar un poco de seguridad y confianza a sus ciudadanos. Una esperanza que los ayude en los tiempos difíciles.
Con el objetivo de recrear el ambiente de la guerra, la novela empieza en Italia con un general a quien los dirigentes del gobierno italiano le encargan una misión muy importante para su Estado: con el permiso del gobierno de Albania el general se adentrará en el país para recuperar los cuerpos de los soldados caídos durante la Segunda Guerra Mundial y repatriarlos. Lo único que el Estado les puede regresar a esas madres y esposas, que nunca volvieron a ver a esos jóvenes que marcharon hacia la guerra y que jamás regresaron, son unos cuantos huesos desgastados y sucios. Los restos que, según dicen los registros, son de sus seres queridos.
«“¿Sabes por qué llevamos todos este medallón?” me dijo un día. “Para reconocer nuestros cuerpos si nos matan”. Y sonrió con ironía. “¿Tú crees realmente que van a andar buscando nuestros huesos? Aunque, está bien, pongamos que nos encuentran: ¿acaso piensas que eso me sirve de consuelo? No existe hipocresía mayor que ponerse a buscar los huesos de los muertos cuando la guerra ya ha terminado. Por lo que a mí respecta, no quiero que me hagan ese favor. Que me dejen en paz allí donde haya caído. Algún día tiraré este maldito medallón.”»
Esta es una de las conversaciones entre dos soldados que viven con suma angustia la guerra, que la sufren, que no comprenden por qué están ahí ni para qué, un capítulo que transmite la impotencia de las personas en la guerra, el deseo de que termine aquello que nunca debió haber empezado, esa guerra cuya única verdad es la muerte.
El general parte hacia Albania acompañado por un cura: ellos dos llevan los encargos de muchas madres y esposas italianas que les pidieron un esfuerzo mayor por encontrar a los suyos. Al principio, el general se muestra optimista y seguro de sí, él siente que su misión es noble y que tiene sentido.
Pero con el estilo irónico y lírico constante de Kadaré, lleno de mitos, creencias tradicionales de Albania y humor negro, la trama fluye con un misterio por resolver: y es que los restos de un tal Coronel Z están perdidos y no se sabe nada sobre sus últimos días para poderlos encontrar. El autor logra que en cada capítulo se vaya desenterrando un pedazo de ese pasado que parece lejano ya que hace veinte años que terminó la guerra y no hay razón alguna, según el general, para no sentir orgullo de ser Italiano. Ese orgullo y superioridad se desmoronará cuando vayan recuperando los restos de los cuerpos y con ellos las historias de la ocupación de Albania por el ejército fascista.
El lector llega a conocer Albania y a los albaneses a través de extranjeros: El general del ejército muerto nos hace cuestionar los estereotipos, las concepciones que se tienen del otro, la superioridad por la nacionalidad, puesto que el general y el cura veían como seres inferiores y violentos a los albaneses, un pueblo bárbaro que no tiene comparación con la gran ciudad de donde ellos provienen, esa gran ciudad que es la cuna de la cultura occidental.
En el clímax de la novela el general se da cuenta de que su misión lo está volviendo loco. Por las noches le cuesta dormir, oye voces, tiene pesadillas, se emborracha para aligerar su carga. Su misión se ha vuelto tortuosa, no puede llevar más ese pasado terrible que le está destrozando la espalda. Lo quiere dejar ir, necesita olvidar ese pasado o por lo menos que no le toque a él cargarlo.
Cuando encontró por fin los restos del Coronel Z creyó haber encontrado un poco de satisfacción: había cumplido su misión y podía regresar a casa. Sin embargo, la historia y la muerte de ese misterioso Coronel Z nos revela la gran farsa que es la guerra. Un general que debía ser ejemplo de honorabilidad y responsabilidad había abusado de su poder, había deshonrado a Italia con su comportamiento. Es en ese momento cuando el orgullo nacional del general se parte en dos con esa historia tan desgarradora que tuvo que desenterrar para encontrar al Coronel Z, un gran héroede la guerra.
Una novela llena de tragedia, muerte, amor, venganza y locura. Una novela con generales, soldados, lisiados, desertores, campesinos, viudas, prostitutas, madres sin hijos, todos afectados por la misma causa, sin saber muy bien a quién culpar o reclamar. Los deseos, los sueños, la esperanza, la vida, todo quedó en el aire. Y al final sólo sobrevivió la muerte.
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El presente texto forma parte de 101 Libros, un programa de promoción de la lectura auspiciado por el Consejo Ciudadano para el Desarrollo Cultural Municipal de Culiacán. La intención de dicho proyecto es acercar 101 títulos de la literatura contemporánea a un grupo de lectores jóvenes con el fin de ampliar los horizontes de cultura, los referentes literarios y el pensamiento crítico.