El artista Francisco Toledo falleció ayer 5 de septiembre y el mundo del arte está de luto. Se le recordará por su gran humanidad y generosidad, así como por su estilo provocador, transgresor, irreverente y visionario. Conozcamos un poco más de su trayectoria artística.
Toledo fue un artista plástico de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Tuvo una destacada labor en otros ámbitos como activista de izquierda, luchador social, ambientalista, promotor cultural y filántropo.
En su faceta de artista sobresale su versatilidad ya que se desarrolló como dibujante, impresor, ceramista y escultor. Empezó sus estudios artísticos en un taller de grabado Arturo García Bustos, quien fue discípulo de la misma Frida Kahlo. Siguió su formación en el INBA en ciudad de México y, exhibió sus primeras obras en Texas.
A los veinte años se fue a vivir a París donde permaneció cinco años, para después regresar a México con una visión renovada del arte y una perspectiva ideológica y estética distinta. Su arte reflejó un gran aprecio por la estética de la naturaleza, particularmente la de animales que no son convencionalmente asociados con la belleza como monos, murciélagos, iguanas, sapos e insectos.
El artista oaxaqueño fue un incesante promotor de la cultura y las artes. Con apoyo de algunas instituciones fundó el Taller Arte Papel Oaxaca, Ediciones Toledo -que en 1983 tuvo la publicación de su primer libro- y también instauró el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) el cual sería parte de una de las más grandes donaciones culturales que se realizaron al INBA.
Fue un artista de gran alcance internacional y posee muchas de sus obras en París, México, Nueva York y Filadelfia. Y en lugares como la New York Public Library, la Tate Gallery de Londres y la Kunstnaneshus de Oslo. Su legado artístico prevalecerá y nos seguirá invitando a entrar a ese mundo genial y fantástico que él creó con una pasión y devoción al arte sin iguales.