Interpretadas con un sentimiento único Cuba dentro de un piano, Punto de Habanera, Canción de cuna para dormir un negrito, Chévere y Canto Negro hicieron recordar en la voz de la cantante un ambiente cálido, como el de una isla caribeña.
En la serie de conciertos conmemorativos con los que el Maestro Gerardo González cierra un ciclo para decidir dedicarse sólo a la enseñanza, tocó el turno de compartir el escenario con la joven Castillo.
Su presencia en el escenario y expresividad vocal dieron al recital un toque distintivo a la velada.
Ambos, maestro y alumna, formaron una mancuerna que hizo vibrar en algunos momentos de la velada a los asistentes al concierto.
Interpretó al inicio Allerseelen, de R. Strauss; Oh, Quand je dors, de F. Liszt; Nur wer die sensucht Kent, de P.I. Tchaikowsky y Springs waters, de S. Rachmaninoff.
Pero fue en la parte siguiente donde la emotividad se hizo presente con mayor vehemencia.
También interpretó Tu che di gel sei cinta, de la ópera Turandot, de G.Puccini; el Vissi d’arte, de la ópera Tosca; La Rosa y el Sauce, del argentino C. Guastavino; la Canción del Árbol del Olvido, de A. Ginastera; Azulao, de J. Ovaye y el Aria-Cantilena, de las Bachianas Brasileiras No.5, de H. Villalobos.
La parte americana del programa vino con Summertime, de la ópera Porgy and Bess, de G. Gershwin y My man’s gone now, también de la misma ópera.
El Maestro Gerardo González, quien ofreció su primer recital en forma profesional cuando sólo tenía 16 años, ha decidido retirarse en este año de los escenarios.
La programación de estos conciertos también incluye los próximos conciertos en los que alternará con Nadia Aguilar y el tenor Luis Aguilar.
“Ellos son toda una promesa y creo que vale la pena que la gente los conozca más en un recital en forma”, manifestó.
Esta serie de cuatro conciertos son organizados por el CONARTE a través de centro de las artes y en coordinación con CONACULTA.