Por Luis Valdez
Samuel Rodríguez es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se dedica a la administración, la docencia, la investigación y la divulgación de la literatura.
A punto de iniciar un círculo de lecturas en la librería Fray Servando Teresa de Mier, del Fondo de Cultura Económica, nos responde estas preguntas en torno a los autores que manejará…
LV: Entre los autores clásicos que consideras para tu círculo de lectura, se encuentra Kafka. Coméntanos por qué es importante no olvidar a este autor…
SR: Kafka nos presenta una profunda visión de la realidad. Su obra y su persona son en sí mismas una visión del hombre. He titulado la charla de Kafka “ El profeta de la tempestad” ¿a que tempestad y a que profecía me refiero? , pues a lo siguiente: Kafka define al hombre en su paso por la existencia. Esto de por sí es muy poderoso y despliega en su obra una idea sobrecogedora: el hombre jamás podrá resolver los problemas más importes de su existencia por que existen fuerzas superiores que se lo impiden. Esta es la tempestad no solo de nuestro tiempo, sino del hombre en la historia universal. La idea es devastadora y verdadera. Kafka define los horrores de la realidad errática y sin sentido. No es una visión pesimista, si no justa. En la charla analizaremos detenidamente el universo a través de los ojos de este imponente escritor.
LV: ¿Manejas alguna comparativa sobre la obra literaria de Borges y Bioy Cásares?
SR: No, en lo absoluto. En esta ocasión me gustaría que el publico y yo nos enfrentaremos a Bioy Casares desde Bioy Casares. Su novela “ La invención de Morel” es ideal para mostrarnos la obra de un escritor elegante e inteligente. Tendemos a pensar que todos los escritores son inteligentes, lo cual esta lejos de ser cierto. En Bioy encontramos una inteligencia fina y decidida. El personaje principal es sumamente conmovedor, esta construido perfectamente, es decir que no le sobra ni le falta nada. La obra de Bioy Casares es suave como la plata, y elegante como el sándalo. Es también una brisa fresca en el universo latinoamericano, que tan necesitado esta de este tipo de visones.
De Borges, a quien tanto le debo, analizare las fuerzas que habitan en” La escritura del dios”. En este cuento noto influjos barrocos, el personaje principal, desde un momento de suma oscuridad se enfrenta a la caída de un mundo. A partir de aquí su espíritu aumenta,se ilumina, se eleva y deja al espectador en el limite del infinito.
Ambos autores logran verdaderamente hacer hablar al lenguaje y situar a la palabra en el lugar que le corresponde.
LV: ¿Estamos más cerca de Camus que a mediados del siglo XX?
SR: “El extranjero” no ha perdido vigencia. Es tan potente lo que propone que debería enseñarse en lugar del Padre Nuestro. El hombre sometido al infiero de los otros, sin un lugar en el mundo, atrapado en un universo virtual de percepciones enfermas. La penetración en la realidad que logró Camus de una belleza tan perturbadora como necesaria.
En esta sesión abordare brevemente el tema del existencialismo en la literatura y en el cine, para luego pasar a una reflexión sobre nuestro tiempo.
LV: ¿Qué herencia literaria nos ha quedado de los maestros rusos?
SR: Los maestros rusos han tenido el acierto de dejarnos en el filo del vacío; y digo acierto por que en tanto obra de arte la novela rusa enlaza al hombre con el misterio de su realidad. Los maestros rusos llegan ahí, a donde muy pocos se atreven a llegar. No es casual que estas voces surjan de un universo como el que ellos viven. La intuición que nos deja cada página y que leemos en los ojos de cada personaje es la siguiente: debajo de esta erosión que vivimos existe algo aun más poderoso: la nada.
LV: ¿Cuáles son las aportaciones de la literatura de Stevenson, que consideras para una revisión de su novelística?
SR: Me voy a tomar de Borges para responder a esta pregunta. Lo que Stevenson nos depara es la conciencia del encanto, no solo en la literatura, sino en la existencia. O quizá el encanto de la vida por la literatura.
Leer a Stevenson es entregarse a la felicidad de la palabra, a reconocer el aroma de la hierba y el sueño de la aventura que revitaliza el instante. Stevenson nos regala el don de la palabra viva, sus letras están animadas. En su obra se detecta lo que también anima esta serie de charlas: la vitalidad de la palabra en el mundo que nos tocó vivir.