Por: Blanca M. Castillo Gaytan
Desde la invención del cine sonoro en 1927, el género musical lleno las pantallas de todos los cines de Estados Unidos embriagados por el sonido de las notas musicales y las letras pegadizas que los hacían bailar en la misma sala de cine, imitando las grandes obras de Broadway trayéndolas a la pantalla, por mucho tiempo las películas del género musical se posicionaron como las favoritas entre las décadas de los 30 a los 50.
Grandes clásicos como “Cantando bajo la lluvia”, “El mago de Oz”, “Top Hat” o las pequeñas actuaciones de tap de la dulce Shirley Temple, fueron alabadas por todo cuanto las veía, pero como todo gran éxito del cine, su explotación llego a tal punto que la misma audiencia termino cansándose de la misma fórmula para así terminar fijando su atención a otras nuevas atracciones del mundo cinematográfico.
Durante los años 60 se vio el adiós del genero con la película The sound of music y Mary Poppins como su cierre al género al menos en esa década; a finales de los años 60 el género musical entro en una gran decadencia, resaltando apenas un titulo de vez en cuando, trabajos como Cabaret y Vaselina durante los años 70 despertaron cierto interés en la audiencia pero fue algo mínimo a comparación con sus predecesoras, como contraparte de las grandes taquilleras, la película de culto El show del horror de Rocky por su estilo oscuro se mantuvo en exhibición en ciertas salas de cine desde su estreno hasta la fecha como un espectáculo donde la audiencia participa mientras de fondo cuenta con la proyección de la película de esta manera pudo pasar la prueba de tiempo a diferencia de muchos otros títulos que se fueron perdiendo, al paso de los años el género musical volvió de donde había salido, a los escenarios de Broadway.
Los musicales brillaron por su ausencia durante los años 80 y 90, el género prácticamente muerto volvería a tomar su brillo al inicio del nuevo milenio con la película Molino Rojo una comedia musical que traería de nuevo a las pantallas esta clase de películas, pero con el lanzamiento de Chicago, inició de nuevo el frenesí por estas películas, los musicales de Broadway volvieron a estar presentes en las carteleras con títulos como El fantasma de la Opera, Mamma Mia!, Sweeny Todd, Hairspray, etc.
El mundo del cine siempre ha tenido las mismas formulas, si algo te funciona, exprímelo hasta que la gente se harte, en ese punto, guárdalo, escóndelo por varios años, entonces, muéstralo a la luz como algo nuevo, ahora tendrás a la audiencia comiendo de la palma de tu mano, esa, es la esencia del cine musical si lo das en exceso tan repetidas veces, la audiencia se va, entre más te ausentes, cuando regresas, eres la nueva gran sensación.
