Esas líneas blancas, que pueden recordar a los cirros, se llaman estelas de condensación. Estas se producen como resultado de la alta temperatura de los chorros de gas que salen de los motores de aeronaves.
Estos gases, que esencialmente se están formando por aire, causan la condensación de vapor de agua de la atmósfera y por lo tanto la formación de estela. Dependiendo de las circunstancias, especialmente la humedad y la temperatura, el camino puede disipar o ampliado en una nube.
Para entender mejor la formación de estelas de vapor, no hay nada como salir de casa una mañana fría de invierno. Al exhalar el aire de nuestros pulmones físicamente, comprobamos cómo se forma una pequeña nube. A medida que el aire expulsado es más caliente que ambiente, una pequeña cantidad de condensa vapor de agua y producir con ello nuestra propia estela.
Piensa en el tamaño que llega a tener en el caso de aviones: los gases que salen del motor hacen a temperaturas cercanas a los 1000 ° C y la temperatura de la atmósfera es de varias decenas de grados bajo cero.
Posiblemente usted está pasando por la cabeza que las estelas no son un fenómeno en absoluto deseable. Tiene usted razón, pero es inevitable. El gran inconveniente que puede ocurrir es que los senderos no se disipan y se convierta así nubes, lo que reduce la visibilidad del espacio aéreo artificialmente y que contribuye al calentamiento global.
Teorias de conspiracion
Además, un número significativo de personas que difunden la creencia de que a través de las estelas extendió ciertos productos químicos para diversos fines, lo que ha dado lugar a una teoría de la conspiración. El fenómeno de las estelas químicas (senderos químicos o chemtrails) no tiene ninguna base científica que apoye, por lo que su existencia no pudo demostrar de manera satisfactoria.