La empresa estadounidense SeaWorld, que posee la mayoría de las orcas para espectáculos en Estados Unidos y Europa, ha anunciado este jueves el final de su programa de reproducción de estos mamíferos marinos en cautividad.
Pocas veces se ha producido una victoria tan contundente de David contra Goliat: desde el estreno en 2013 del documental Black Fish, el movimiento para la liberación de las orcas se convirtió en “una pesadilla de relaciones públicas” para SeaWorld, según reconoció la propia compañía.
El presidente de SeaWorld, Joel Manby, señaló en un comunicado de prensa: “Nuestros clientes visitan los parques marítimos, en parte, para ver orcas. Pero un creciente número de personas piensa que las orcas no deben estar en cautividad. Al hacer que esta sea la última generación de orcas en cautividad y cambiando la forma en que nuestros visitantes contemplarán a estos magníficos animales, estamos proporcionando una experiencia realmente importante”.
No está claro todavía cómo esta decisión puede afectar a las cuatro orcas de SeaWorld que se encuentran en Loro Parque, en Santa Cruz de Tenerife, el único lugar de España donde se ofrecen espectáculos con estos animales. El parque canario dispone de seis ejemplares. De ellas, cuatro pertenecen a la compañía estadounidense, otra es Morgan, una orca que fue encontrada al borde de la muerte en la costa holandesa y trasladada allí en medio de una enorme polémica, y una sexta nació en cautividad.
Medio centenar de estos cetáceos permanecen en cautividad y participan en espectáculos. En la Unión Europea solo el centro de Tenerife y el parque Marineland de la localidad francesa de Antibes, propiedad de la empresa española Parques Reunidos y donde hay otros seis ejemplares, siguen teniendo orcas. Según la organización WDC (Whale and Dophin Conservation), 46 orcas son utilizadas en espectáculos en Argentina, Canadá, Francia, España, Estados Unidos y Japón, 35 de ellas nacidas en cautividad. Esta ONG mantiene que China y Rusia albergan 11 orcas capturadas desde 2012.
SeaWorld es la principal empresa del sector con parques temáticos en Orlando y San Diego. El problema ahora es saber qué hacer con las orcas en cautividad. La experiencia de la orca Keiko, sobre la que también se hizo una película, Liberad a Willy, fue muy compleja, porque el animal nunca se acostumbró a vivir en libertad y siempre buscó la presencia de los humanos. Las orcas son animales muy sociales, que viven en familias toda su existencia y que cazan en grupo, a veces con tácticas muy sofisticadas. En el caso de las orcas cautivas en la actualidad, la inmensa mayoría no ha conocido la vida más allá de la piscina.
“Algunos críticos quieren que vayamos más allá y que liberemos a las orcas que todavía permanecen en cautividad. Pero no me parece una opción inteligente”, prosigue el presidente de SeaWorld, Joel Manby, en el comunicado. En este punto estaría de acuerdo con la mayoría de los conservacionistas. “La mayoría de nuestras orcas nacieron en SeaWorld y las que nacieron en libertad han pasado la mayoría de su vida en nuestros parques. Si las liberamos en el océano, lo más probable es que mueran”.
Con información de Vanguardia.